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Imperio decadente, 3
RECLUTADOR
por Luis Antonio Bolaños De La Cruz

Tiempo estimado de lectura: 51 seg

151390, Pixabay License

Ante él brillaba lavanda un alcolucínogeno tranquilizante y aunque no se dirigía a alguien en particular, algunos de quienes nos encontrábamos en el local oíamos sus claras palabras, separadas por breves pausas y que volvió a repetir un par de veces, en presente, como si lo viviera, una vez terminaba:

El imperio requiere enormes cantidades de soldados; en ocasiones, casi tantos como gente tiene que controlar.

Soy un reclutador, personal de confianza, conozco de atrocidades que preferiría olvidar, y con frecuencia extraigo candidatos de planetas pretecnológicos. Por eso estoy aquí, en un umbroso bosque contemplando a mi próxima extracción, es soberbia, boca mullida y gordezuela, mirada soñadora (lo primero que me atrajo) largas y sólidas piernas con pantorrillas de ensueño y muslos torneados, testamenta agresiva, vientre plano y en la abertura vaginal sobresaliendo como jamón tierno y rosado sus labios menores, pero sobre todo un pompis levemente esteatopígico y en sillar de coro que encadena la mirada.

¿Qué como puedo describirla tan exactamente? No sólo me han provisto con el equipo necesario para ingresar y salir desapercibido: gracias a la cápsula de estasis & suspensión, el tiempo parece transcurrir muy lentamente para mi o muy rápido para los observados, convengo que la primera alternativa es adecuada y coexiste con la ciencia que manejamos, la segunda sensación es pura subjetividad.

Ahora chapotea en la orilla de una laguna y por la forma en que se acaricia creo que tiene para rato. Con el sondeador he examinado sus neuronas y se que está dispuesta a aceptar la propuesta... sólo le falta un leve empujoncito, un suceso inolvidable e irreversible. Así que me disfrazaré y sembraré ese empujoncito.

Me aplico el distorsionador de fases mas el programa morpho-prospector y me convierto en su musculoso hermano. Después entro en ciclo y bajo por la pendiente enardecido y dispuesto a poseerla repetidas veces.

© Luis Antonio Bolaños De La Cruz,
(308 palabras) Créditos Créditos
Publicado originalmente en Velero 25 en 2007
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