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UNA DIETA MODERNA
por Félix Díaz

Tiempo estimado de lectura: 2 min 14 seg

silviarita, Pixabay License

Pedro López miró desconfiado a su nieto. No se fiaba de ningún funcionario del Ministerio de Salud y Medio Ambiente (MinSal), aunque fuera su propio nieto.

Además, Yen Lopes, que había adoptado la nomenclatura europea unificada, era Director General de Productos Dietéticos. ¡Casi nada!

—¡Hola, abuelo! —saludó Yen con esa media sonrisa que representaba su máxima expresividad.

—Hola, Yen, ¿qué te trae por aquí?

—Saludarte, ¿qué otra cosa?

Pedro sabía bien que su nieto nunca hacía visitas ociosas. No tenía tiempo para ello.

Observó que tenía un objeto en la mano; si estuviera hecho de metal, diría que era una lata, pero era de plástico.

—¿Qué tienes ahí? ¿Otra de tus muestras?

Con frecuencia, los laboratorios del MinSal obtenían alimentos sintéticos que debían ser evaluados antes de salir a la calle; Yen utilizaba a su abuelo como conejillo de indias.

—Bien, pues sí. Se trata de un nuevo producto bajo en calorías. ¿Quieres probarlo?

—¡Por supuesto! —Pedro siempre fingía entusiasmo. Odiaba todas esas mierdas sintéticas, pero a mediados del siglo XXI la comida natural era un lujo al alcance de muy pocos... y aunque un Director General del MinSal podía conseguirla, sería ir en contra de sus propios principios.

Pedro levantó la tapa y se quedó sorprendido.

—¡Pero si esto es...! —se calló justo a tiempo.

—¿Lo conoces?

—¡No! Fue tan sólo que me recordó una cosa...

—¿Qué?

—¡Olvídalo, no tiene importancia! Voy a buscar unas pinzas para comer.

Las pinzas se popularizaron en la década de los 20 y habían desplazado a tenedores y cucharas. Pedro recogió unas limpias del esterilizador y se dispuso a probar la comida.

—¿Qué me puedes decir de esto? Quiero decir que no vaya a ser secreto...

—Veamos... Es el Diet-Dys 43, un complemento hipocalórico para dietas con exceso de calorías. Tiene un contenido muy bajo en glúcidos y lípidos y mediano en prótidos. Pretendíamos un nivel aún más bajo en lípidos, pero tuvimos que añadirle un aceite para mejorar su sabor. Como podrás apreciar está formado por diversos fragmentos de material celulósico con alto contenido en fibra. Tiene vitaminas, minerales... lo habitual. Saldrá costando unos 25 cents, por lo que podría venderse a 2 euros.

—¿Puedes decirme qué es esto? —Pedro mostró lo que había sujetado con las pinzas; era un trozo cuadrado de una hoja verde.

—Ese es el elemento C, o clorofílico.

—¿Y esto? —esta vez era un cubo de algo rojizo y jugoso.

—El elemento B, betacaroténico. ¿Qué te parece?

—No está mal. Aunque las que comía yo de niño...

—¿De qué hablas? El Diet-Dys 43 es un producto nuevo, que aún no ha salido al mercado. ¿Acaso algún laboratorio pirata...?

—No sé nada de laboratorios piratas.

—¡Hum! Abuelo, tú sabes algo. Desde el principio has tenido una actitud sospechosa. Cuando abriste el envase te pareció reconocerlo. Debes contarme todo lo que sepas.

—¿Estás loco? ¿Para que me encierren y me eliminen por terrorismo ecológico? ¡Precisamente te lo voy a decir a ti, un Director General del MinSal!

—Puedo prometerte que no te pasará nada.

—No sé si creerte...

—¡Por favor, abuelo! ¡Te lo ruego!

Por un momento, Pedro vio a su nieto como aquel niño cariñoso que le hacía preguntas acerca del siglo XX, y no como un serio funcionario que no sabía reír.

—¡De acuerdo! Tus investigadores se han pasado de listos esta vez. ¡No han inventado nada nuevo! ¡Tu Diet-Dys 103, o lo que sea, no es más que una ensalada! ¿Te acuerdas de las ensaladas? Creo que alguna vez te hablé de ellas, cuando eras un niño, cosa que dudo haya sucedido alguna vez...

—Creo recordar algo...

—Eran una mezcla de vegetales. Lechuga, tomate, pepino, zanahoria, aceitunas, lo que quisieras, todo ello bien aliñado con aceite y vinagre. ¡Pero eran ingredientes naturales no estos bodrios de síntesis! Claro que hoy en día decir que algo es natural es una blasfemia.

—¡Abuelo, por favor!

Pedro había perdido el control. Estaba furioso.

—¡Qué por favor ni qué leches! Estoy hasta la coronilla de vosotros, los del MinSal, que controlan hasta las veces que hacemos el amor. De joven fui fumador, ¡pero menos mal que lo dejé cuando empezaron a protestar los no fumadores! ¡Porque hoy me habrían condenado a la eliminación por eso!

—La eliminación no es dolorosa.

—¡Lo mismo decían de la silla eléctrica! ¡Está bien, perdona! Me he salido de mis casillas...

—Bueno, no tiene importancia. Dime qué te parece el Diet-Dys 43.

—Está bastante logrado. Aunque las ensaladas de tu abuela eran mejores que... ¡Olvídalo!

—En todo caso, ¿le das una valoración positiva?

—Sí. ¿Tengo que rellenar algún cuestionario?

—No hace falta. Adiós, abuelo.

Yen Lopes salió a la calle, donde le esperaba su vehículo eléctrico autopiloto.

(...)

Esa misma tarde vino la Patrulla de Higiene Social y se llevó a Pedro para proceder a su eliminación por intoxicador socio-cultural.

Félix Díaz
© Félix Díaz, (809 palabras) , 2004 Créditos
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