En marzo de 1959 aparecía en los kioscos españoles UN HOMBRE BUSCA A OTRO HOMBRE, novela del Oeste firmada por el entonces desconocido Lou Carrigan, seudónimo bajo el que se ocultaba, por imperativos editoriales, un joven empleado de banca nacido en Barcelona el 2 de julio de 1934 cuyo nombre auténtico era Antonio Vera Ramírez. Por cierto que de casta le venía al galgo, ya que su hermano Francisco también se supo labrar un nombre en el campo de los bolsilibros bajo el conocido seudónimo de Mortimer Cody.

Este modesto western, uno de los centenares que se publicaron en España por aquellas calendas, fue bien acogido por los lectores, lo que animó a Vera a continuar escribiendo, compaginando su labor de creación literaria con el tedioso trabajo bancario. El joven novelista pudo haber seguido la misma senda que otros autores de bolsilibros, que escribían sus relatos en el tiempo libre que les dejaban sus ocupaciones oficiales. Y así fue, al menos durante algún tiempo.

Pero el gusanillo de la escritura ya se había posesionado de la voluntad de nuestro protagonista, y en 1962 abandonó su empleo en Banesto para consagrarse por entero a la literatura. Es de suponer que fuera ésta una decisión difícil (las importantes siempre lo son) y que Vera tuviera que lidiar con las dudas más inquietantes. Se trataba de dejar un trabajo seguro, por así decirlo, para embarcarse en una aventura literaria que se presumía llena de incógnitas. No debía resultar nada fácil abrirse camino en una industria como esa, máxime si tu intención era, como la de Vera, vivir exclusivamente de lo que escribiera. Mas a pesar de ello, el joven barcelonés cogió el toro por los cuernos y dio un giro de 180 grados a su vida, emprendiendo el camino que habría de convertirle en uno de los mejores autores españoles de la literatura de aventuras. En la segunda mitad de los años sesenta el nombre de Lou Carrigan era ya reconocido y admirado por los lectores españoles e hispanoamericanos. Su fulgurante éxito se cimentó, básicamente, en tres constantes de su obra: la originalidad de sus argumentos, el ritmo trepidante que imprimía a su narrativa y la amenidad de sus relatos.

Los autores de bolsilibros solían cultivar todos los géneros, y Vera no fue una excepción. Despuntó muy pronto como un genial narrador de tramas policiales y de espionaje. Sus apasionantes thrillers rebosan acción, ironía y buen humor; pero también destilan, en ocasiones, una ácida crítica de la sociedad y de los comportamientos humanos, por lo que puede afirmarse que algunas de esas obras son claros exponentes de novela negra.

En 1965, atendiendo la solicitud de su editor brasileño, Vera creó uno de los personajes inmortales de la novela popular: Brigitte Baby Monfort, una personalísima espía que proporcionaría a su padre literario fama mundial. La serie de Baby, compuesta por nada menos que quinientos títulos, convierten a la divina espía carriganiana en el personaje de ficción que más novelas ha protagonizado, marcando un hito difícilmente superable en el mundo de la novelística de aventuras. Con Baby llegó la consagración definitiva de Vera, bajo su alter ego de Lou Carrigan, como el autor español de bolsilibros más conocido y valorado internacionalmente.

Western y thriller son los dos pilares básicos sobre los que se cimenta el grueso de la obra carriganiana, pero no podemos pasar por alto otros temas en los que también supo desenvolverse con inigualable maestría, tales como las artes marciales o el terror.

Por el contrario, hubo dos géneros en los que nuestro autor no se prodigó demasiado: el bélico y la ciencia-ficción. Como el que a nosotros nos interesa es precisamente este último, diremos que su producción de bolsilibros de esta temática se reduce a dos volúmenes de relatos, alrededor de una treintena de novelas largas -más adelante detallaremos este punto-, y otras dos que quedaron inéditas al desaparecer la editorial Bruguera, cuyos títulos eran TORMENTA EN GOBODOBORIANAR y EL COMETA SHELLEY.

A la vista de estos datos, uno no puede evitar preguntarse a qué se debió que un autor tan prolífico se prodigara tan poco en nuestro género. La respuesta a este interrogante nos la da el propio Carrigan. Dada su extraordinaria habilidad para idear historias criminales e intrigas de espionaje, la producción editorial le orientó principalmente hacia esos géneros. Por otra parte, Carrigan no parecía sentir una inclinación especial hacia la ciencia-ficción. Él mismo confiesa que disfrutaba más elaborando un complicado asesinato, o una trepidante aventura de agentes secretos, que pergeñando futuristas aventuras espaciales.

Pero como no obstante este artículo pertenece a una serie dedicada a los bolsilibros de ciencia-ficción, justo es que nos fijemos en la producción futurista de nuestro autor por mucho que ésta sea minoritaria en el conjunto de su vasta producción. Según nuestros datos Antonio Vera publicó un total de 49 bolsilibros de ciencia-ficción, todos ellos firmados como Lou Carrigan, aunque parte de ellos son reediciones. Descontando estas últimas y centrándonos en los títulos originales, la cifra se reduce a tan sólo 27, publicados la inmensa mayoría en las diferentes colecciones de Bruguera —La conquista del espacio, La conquista del espacio extra y Héroes del espacio—junto con un par de incursiones en la efímera Nova club de la editorial Rollán, a mitad de camino entre los bolsilibros propiamente dichos y las colecciones de mayor calidad. Las reediciones, por su parte, son en su mayor parte de Ediciones B, que reeditó parte del ingente fondo editorial de Bruguera, y las dos de Nova club reeditadas en Galaxia 2001, la colección de la editorial Andina heredera del fondo editorial de Rollán.

En fecha mucho más reciente, concretamente en 2008, cuando las colecciones de bolsilibros eran ya sólo un recuerdo, Antonio Vera procedió a reeditar en lulu.com parte de su vasta producción literaria, incluyendo varias novelas inéditas. En lo que respecta a la ciencia-ficción tenemos reseñados cuatro volúmenes, cada uno con dos novelas, lo que hace un total de ocho. Todos ellos figuran bajo el título genérico de Obras de Lou Carrigan. Serie de ciencia-ficción, y son concretamente los volúmenes —existe una única numeración general— II, VI, X y XIV. Puesto que estos cuatro libros no abarcan ni de lejos la totalidad de su contribución al género, esperamos y deseamos que en un futuro éstos se puedan ver incrementados.

Poco más es lo que podemos añadir, salvo insistir en que, si Antonio Vera no despuntó en el campo de la ciencia-ficción, no fue por la calidad de sus novelas, sino por el escaso número de las mismas, ya que si algo queda fuera de toda discusión es su más que demostrada valía como escritor.

Quien desee profundizar en la obra de Antonio Vera puede consultar su weblog: http://www.loucarrigan.com

Bolsilibros de ciencia-ficción publicados por Antonio Vera

Las fotografías de Antonio Vera, que son una gentileza del autor, nos han sido cedidas amablemente por nuestros amigos de Bolsi&Pulp

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