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Hacia los orígenes de la ciencia-ficción Latinoamericana, 9
VIAJES ESTRAMBÓTICOS. EL SR. NIC-NAC
por Gastón Germán Caglia

Tiempo estimado de lectura: 8 min 37 seg

Introducción. Antecedentes

Intentar acotar una temática dentro del gran universo que es la ciencia-ficción Latinoamericana es a veces un tanto complejo dado que un mismo cuento, relato o novela puede encajar con facilidad en distintas posibilidades. Lo cierto es que durante el trabajo recopilatorio de material, típico de ratón de biblioteca, me encontré con la palabra estrambótico y de inmediato supe que esa palabra debía ir en el título de algún artículo.

¿A qué se hace referencia cuando decimos que algo es estrambótico? Pues lo utilizamos para adjetivar algo que es peculiar en exceso o inusualmente extravagante. Así llegué a la conclusión que no hay mejor circunstancia para ocupar este vocablo dedicándolo en este momento a los viajes estrambóticos como comprensivos de todos los viajes, por los distintos medios posibles, ya sean mentales, espirituales o por distintos medios mecánicos, realizados por el éter hacia allá, hacia cualquier lado, como suele hacer con la mano, displicentemente luego de resolver un conflicto y al final del episodio, el capitán James T. Kirk.

Estos viajes suelen realizarse a lugares cercanos como la Luna o cualquier otro planeta del sistema solar como también a indeterminadas estrellas sin importar si se realizan en forma mental, espiritual o en naves a velocidades relativistas, aunque ese concepto no se conoció hasta entrado el s. XX.

En este caso particular hacemos particular referencia a la literatura latinoamericana hacia fines del s. XIX y comienzos del XX, momento en que comienza a gestarse la ciencia-ficción como tal en Latinoamérica.

Por otro lado, si de viajes y vuelos interplanetarios queremos hablar dentro de la literatura de ciencia-ficción o su abuela, la proto-ciencia-ficción, los hay, y desde tiempos remotos. Así tenemos, en el viejo continente, desde Luciano de Samósata en el siglo II con su HISTORIA VERDADERA, hasta Voltaire (1694-1778) con su MICROMÉGAS (1752), pasando por el SOMNIUN de Kepler y también el de Juan Maldonado y en particular la obra de Cyrano de Bergerac con sus HISTORIA CÓMICA DE LOS ESTADOS E IMPERIOS DE LA LUNA e HISTORIA CÓMICA DE LOS ESTADOS E IMPERIOS DEL SOL.

Estos mundos de la naciente ciencia-ficción son mundos naturales alternativos, utópicos o especulares que por cuestiones epocales se perciben como normales o sobrenaturales dependiendo del contexto histórico.

Ahora bien, el viaje espacial no es privativo de la literatura europea o norteamericana pues América latina, en los albores de su ciencia-ficción, también tuvo su cuota de viajes estrafalarios, mentales o de máquinas imposibles, comenzando con la obra que podemos decir es la precursora de la ciencia-ficción en Latinoamérica: SIZIGIAS Y CUADRATURAS LUNARES..., del fraile Manuel Antonio de Rivas, que en entrada anterior traté y que mantiene muchas similitudes con la obra de Cyrano de Bergerac.

Rivas hacia el año 1775, siglo en el que se intensifican los viajes y exploraciones tanto lunares, obviamente literarios, como también hacia todos los continentes de la tierra, idea un viaje hacia la Luna con un bagel o carro volador que es impulsado hacia el cielo por medio del turbillón, concepto tan vago como la idea del éter, que en este caso hace referencia a una teoría del universo de Descartes sobre los torbellinos y el movimiento de los cuerpos celestes.

Así este jesuita mexicano que gracias a su opúsculo fue llevado ante la Santa Inquisición, inaugura en América un personaje que será conocido como el atisbador lunar. En este caso un viajero francés que se eleva hasta la Luna y participa o mejor dicho interrumpe un Ateneo selenita en donde mantiene algunos diálogos, por no decir velados debates teológicos, sobre la ubicación del infierno, la geografía estelar y en particular la lunar.

Sin embargo, es en el último cuarto del siglo XIX en donde se da el inicio de la ciencia-ficción propiamente dicha y en donde las obras comienzan a proliferar con temáticas recurrentes. A lo largo del continente los autores comienzan a tratar temas similares, desde una misma óptica, con las mismas inquietudes y problematizando las vicisitudes que acontecían en la época tanto en este lado del planeta como en el viejo mundo y en EE. UU.

Después de todo, las corrientes filosóficas, el pensamiento positivista, el darwinismo, las pseudo-ciencias —como el magnetismo, la telepatía, hipnosis, la frenología, etc. — comienzan a jugar en las mentes de los escritores en una mezcolanza digna de ser observada y por supuesto, leída.

Eduardo Holmberg
Eduardo Holmberg

Obras escogidas

Como tales tenemos al viajero más famoso de todos, al señor Nic Nac en VIAJE MARAVILLOSO DEL SEÑOR NIC-NAC AL PLANETA MARTE, de Eduardo Holmberg, ya conocido por acá. Sin embargo también hubo otros precursores de los viajes espaciales a lo largo de todo el continente. La obra de Holmberg no fue un trabajo aislado como se verá en su apartado.

Hay que tener presente que para el último cuarto de s. XIX los viajes estelares y la visita a la Luna o Marte fueron una moda no solamente europea o norteamericana que produjo interesantes obras. Acá un breve reseña:

DESPUÉS DE MUERTO, de Hixen

Publicada en el año 1875, tenemos el relato DESPUÉS DE MUERTO del venezolano Benito Esteller, que lo escribió bajo el pseudónimo de Hixen ya que muchos autores escribían lo que para la época era fanta-ciencia como una ejercicio menor, por lo que solían utilizar pseudónimos, iniciales o simplemente no firmaban sus obras para no quedar expuestos a un arte carente de relevancia.

En este relato se detalla el sobrevuelo sobre el planeta Tierra aunque el final del mismo deja entender que todo ha sido una ensoñación. Es una obra aislada en el medio venezolano dado que la historiografía literaria es conteste en ubicar casi cincuenta años en el futuro, con Garmendia y su obra de 1927 LA TIENDA DE LOS MUÑECOS, el origen de la literatura fantástica en Venezuela.

UN VIAJE CELESTE, de Pedro Castera

También encontramos dentro de esta temática el cuento UN VIAJE CELESTE, de 1882, publicado por el mexicano Pedro Castera. El cuento es un monólogo del protagonista en el que se desprende de su cuerpo para que su alma viaje elevándose por el éter. Sin embargo cuando un amigo lo despierta de su sueño, este vuelve a su cuerpo aunque jura que su viaje es real, que no está demente. Lo interesante es que comienza el relato con una cita de Flammarion: EL HOMBRE ES EL CIUDADANO DEL CIELO.

O DOUTOR BENIGNUS, de Augusto Emilio Zaluar

Augusto E. Zaluar, portugués nacionalizado brasileño, publica en 1875 esta novela, quizás la primera obra de ciencia-ficción del Brasil, que va en sintonía con la temática ya que trabaja la idea o hipótesis científica de que coexisten mundos habitados. Zaluar narra las peripecias, inspirado en Julio Verne, del doctor Benignus, un médico y científico amateur, y una comitiva que recorre los montes de Minas Gerais y de Goiás en busca de indicios de extraterrestres que asimismo observan y describen el cielo y los planetas. Al observar Marte, a través de su telescopio, Benignus identifica selvas y demás accidentes geográficos. Así llega a la conclusión de que el planeta estaría habitado. Luego reconoce las manchas de la superficie del Sol y dice que su núcleo también podría estar habitado, pues no tendría la misma consistencia que su superficie.

DE UN MUNDO A OTRO, de Carlos Monsalve

En 1898 aparecen dos obras de Carlos Monsalve: DE UN MUNDO A OTRO en donde fantasea con la idea de un contacto extraterrestre a través de un mensaje cifrado en sánscrito. El personaje principal, un científico algo loco —otro de los temas icónicos de la época: el Mad Doctor —, llamado doctor Pánax, encuentra durante sus investigaciones en la India un objeto misterioso que guarda dentro de una urna. Junto con su ayudante, quien en primera persona relata lo acontecido, realizan un banquete antediluviano en donde comen carne prehistórica y vino de miles de años, todo enmarcado en un viaje en el tiempo un tanto metafísico.

Por otro lado en el cuento HISTORIA DE UN PARAGUAS, narra un original viaje espacial hacia un satélite estelar. Este viaje es posible gracias a la acción cuanto menos mágica de un paraguas misterioso enterrado en Baltimore. El protagonista, Nathaniel, nótese la referencia a Hoffman en relación a que Nathaniel es el protagonista de EL HOMBRE DE LA ARENA, recibe un mensaje telegráfico de un rayo que le da las pistas para ese viaje maravilloso.

DESDE JÚPITER, NOVELA ORIGINAL (SIC), de Francisco Miralles

Este escritor chileno describe en esta novela en 1877, siguiendo a Julio Verne, en clave de aventuras, el viaje de un Santiaguino a Júpiter, el quinto planeta del sistema solar. Allí se topa con lo que a todas luces es una utopía científica en donde la sociedad alienígena está altamente tecnologizada. Así describe las maravillas jupiterinas como por ejemplo sus potentes telescopios, la capacidad de volar o de atravesar paredes por parte de los jovianos o lo que más adelante será conocido como cine que acá lo identifica con los proyectores de imágenes.

El modo de viajar es típico de la época: gracias al poder del magnetismo —pseudo-ciencia de moda en la época— logra aparecer en otro lugar, aunque en forma inmaterial.

ALMA CALLEJERA, de Eduardo Wilde

El argentino Eduardo Wilde publica en 1882 ALMA CALLEJERA en donde relata las vicisitudes de un alma caminante que vaga por las calles sin un destino determinado, flotando como un núcleo de humo por las casas y las calles hasta que encuentra el lecho de una mujer.

VIAJE MARAVILLOSO DEL SEÑOR NIC-NAC AL PLANETA MARTE

VIAJE MARAVILLOSO DEL SEÑOR NIC-NAC AL PLANETA MARTE, de Eduardo Holmberg

Sin embargo, la obra por definición que inaugura, en esta etapa de la ciencia-ficción latinoamericana, los viajes estelares un tanto raros, es el argentino Eduardo Holmberg con su nouvelle: VIAJE MARAVILLOSO DEL SEÑOR NIC-NAC AL PLANETA MARTE. En el que se refieren las prodigiosas aventuras de este señor y se dan a conocer las instituciones, costumbres y preocupaciones de un mundo desconocido.

Holmberg inicia su producción literaria con tres novelas de ciencia-ficción publicadas como folletines en la prensa bonaerense: DOS PARTIDOS EN LUCHA, VIAJE MARAVILLOSO DEL SEÑOR NIC-NAC AL PLANETA MARTE y EL TIPO MÁS ORIGINAL, escritas todas en el mismo año, 1875, aunque la última fue publicada años más tarde.

Podemos decir que es la primera obra de la literatura argentina que se podría encuadrar dentro del género de ciencia-ficción. Entonces contaba con veintitrés años de edad y una capacidad para observar el mundo, tanto vegetal, como animal y humano pocas veces visto en otro.

Fiel al estilo de la época, esta obra fue publicada como folletín por entregas en el diario El Nacional de Buenos Aires, Argentina. Cabe tener presente que hacia 1877 había en Buenos Aires más de ochenta publicaciones periódicas y que hacia 1880 eran más de cien, convirtiendo a esta ciudad como una de las que más ejemplares editados tenía en comparación con la cantidad de habitantes.

Una característica sobresaliente es que las narraciones de Holmberg se publicaban como folletín en los mismos periódicos de Buenos Aires en los que aparecían los textos de Julio Verne. Sin lugar a dudas esto debía de propiciar una perspectiva complementaria para los lectores de este tipo de literatura y una legitimación extra como escritor de fantasía para Holmberg.

Se debe tener presente que el tema estaba en boga en todos los círculos culturales tanto europeos como americanos, prueba de ello es que el mismo periódico informaba para esa misma época el estreno en París de la ópera UN VIAJE A LA LUNA, de Offenbach.

Así los viajes espaciales y la existencia de otros espacios planetarios comenzaron a ser fuente de inspiración del género fantástico hispanoamericano principalmente a partir de la década del setenta del s. XIX, como los autores que enumeré más arriba.

Sin embargo, a diferencia de Julio Verne, el escritor argentino no hace uso de una tecnología emergente de la sociedad industrial, que no es precisamente el caso argentino o latinoamericano en general, para procurar el viaje a Marte, propio de las literaturas latinoamericanas de la época, sino que se vale de otra idea rectora, el espíritu-imagen. Valiéndose de esto, de las especulaciones científicas y también las pseudo-científicas, pudo ejercer una crítica a las costumbres porteñas mezclada con una ironía moral en clave darwinista.

Aparte de estas referencias, también hay que tener en cuenta que, casi en simultaneo a estas publicaciones, junto con las novelas de Julio Verne, salían a la luz otras obras, de carácter dudosamente científico y que fueron base de inspiración ficcional a las teorías astronómicas y pseudo-astrológicas de los escritores como son por ejemplo MARTE­, de 1886, del autor Juan Montalvo (Gaspar Blondín), publicado en el periódico El espectador, donde disertaba sobre las opiniones de los astrónomos de la época y citando a Flammarion o Jenssen, un fabricante de lentes holandés, pero también un consumado estafador que fue varias veces preso.

Fuente de sus obras

Sin dejar de tener presente las referencias de la entrada anterior en relación a la formación del Eduardo Holmberg, sin dudas la astronomía científica es la principal fuente de VIAJE MARAVILLOSO DEL SEÑOR NIC-NAC. Sin embargo, de acuerdo a las doctrinas de moda de las ciencias ocultas (esoterismo, teosofismo, neoplatonismo, pitagorismo), a las que adhería Holmberg, como también el espiritismo. Sus principales axiomas eran la escisión superficial entre el cuerpo y el alma, su unidad con el otro mundo y el contacto con los espíritus gracias a los intermediarios llamados médiums.

El viaje que Holmberg traza con su personaje Nic-Nac es el del alma desprendida de la materia corpórea. Esta se basa en las ideas del antroposofismo, un movimiento filosófico ideado por Rudolf Steiner (1861-1925) que pretendía integrar lo espiritual del hombre con lo espiritual del universo. Sin dudas también que el autor leyó los comentarios de Flammarion sobre: LA PLURALIDAD DE LAS EXISTENCIAS DEL ALMA, conforme con la doctrina de la Pluralidad de los Mundos (1864) y HABITANTE DEL PLANETA MARTE (1865).

Otro modelo que debió influir bastante, porque sin dudas lo conocía, fue P. Atanasio Kircher, en cuyo VIAJE EXTÁTICO CELESTE (1656) el ánima asciende al universo. También son conocidos los conocimientos astronómicos de Eduardo Holmberg y sus lecturas de Alexander von Humboldt.

A modo de resumen de la trama podemos decir que: El médium Seele (alma en alemán) ayuda al protagonista a desprenderse de su cuerpo para viajar a Marte, que está divido en dos ciudades, Theopolis (oscura, taciturna y dominada por la religión, que adora a un Jesucristo marcial o marcialita) y Sophopolis (cuyos habitantes se rigen por el laicismo, la ciencia y la virtud).

La descripción ácida y sarcástica de la sociedad marciana tiene como destinatario directo a las instituciones de Buenos Aires y las costumbres de la sociedad argentina, y en particular a la Iglesia.

Holmberg catalogó a esta obra dentro del género fantasía espiritista, calificativo que se propone como mecanismo de autoreferencia a la fantasía científica con que había denominado su novela anterior, DOS PARTIDOS EN LUCHA. Se establece por tanto un contexto paródico y social común donde Marte resulta el doble utópico de la Tierra.

VIAJE MARAVILLOSO DEL SEÑOR NIC-NAC AL PLANETA MARTE participa del diálogo filosófico a la manera de la antigua escuela platónica, como fuente de conocimiento, y contiene fragmentos que perfectamente pueden ser catalogados como ensayo ficcional en los que, por otro lado, Holmberg hace uso de sus acostumbradas digresiones filosóficas.

Un párrafo aparte merece, por ser quizás la primera referencia al menos en Latinoamérica, la idea del rayo láser como elemento dentro de la ciencia-ficción. Hacia el capítulo XXIV del Viaje maravilloso el Sr. Nic-Nac hace referencia a la utilidad que puede tener un rayo de sol condensado. Cito:

...Era una pequeña caja. de una sustancia verde y transparente como la esmeralda, en cuyo interior, suspendido á semejanza de un astro en el espacio, se veía un punto intensamente luminoso. En ella reconocimos, el señor de la casa y yo, la caja que habíamos visto en la Academia.

Una carta de Hacksf la acompañaba.

Es un rayo de sol recién condensado, decía lo he visto flotando en el espacio, como si una fuerza extraordinaria le hiciera trazar una curva inexplicable. Conservadlo.

Por último, hay que referir que la novela se presenta como el testimonio extraído del diario personal del señor Nic-Nac (nombre que también se refiere a una famosa marca de galletitas de la época) una vez que ha regresado a Buenos Aires, tomando el ejemplo y recogiendo las obras de Juana Manuela Gorriti, quizás la primera autora de ciencia-ficción en Latinoamérica con su YERBAS Y ALFILERES de 1875. La historia marco es narrada en tercera persona por un personaje externo, en este caso el editor del diario, y la historia enmarcada, que contiene el suceso insólito, desde la voz en primera persona.

Es muy sintomático que, dentro del relato enmarcado, se incluyan notas a pie de página con comentarios firmados por el señor Nic-Nac y otros firmados como El editor. Este recurso y juego meta literaria nos da una idea de la conciencia de Holmberg al manejar las técnicas de la construcción de la ficción y la búsqueda de la verosimilitud de los hechos así como de su encuadre formal.

La conexión con Voltaire, el filósofo enciclopedista, no procede sólo a través de Flammarion, sino que es probable que Holmberg leyera o por lo menos conociera MICROMEGAS, donde el escritor francés ficcionaliza una historia donde, inversamente, los habitantes de la Tierra son observados por habitantes de otros planetas. Holmberg conocía sin duda la producción de Voltaire, como se demuestra del hecho de que unos años después, en 1881, publicara POLÍTICA CALLEJERA.

En MUNDOS REALES. MUNDOS IMAGINARIOS Flammarion comentaba el Viaje a la Luna de Cyrano de Bergerac y, tomando ejemplos de Voltaire y Gassendi, argumentaba acerca de aquellos textos que erigen la teoría de la diversidad estelar y la posibilidad de habitar otros planetas como Saturno, Júpiter, Venus y sobre todo Marte.

Algunas conclusiones

Los textos de este fin de siglo XIX beben del Iluminismo ese cambio en la manera de transmitir los saberes hacia un lenguaje más claro y universal por oposición al que era cifrado y para iniciados, pues estos relatos que hoy nos parecen fantásticos allá en el tiempo fueron ideados para transmitir saberes heterodoxos.

Estos nuevos relatos se tratan de escapar de las ciencias ocultas o herméticas, hoy pseudo-ciencias, tratando de transmitir de una manera literaria los saberes de una época en la que la revolución industrial trajo a escena las máquinas imposibles sin todavía dejar de soñar con ideas propias del esoterismo o el ocultismo, amalgamando ciencia dura con pseudo-ciencias, haciendo de esto una producción literaria única y que no se repetiría por esta amalgama de temas utilizado para la construcción de las obras ya que como ejemplo paradigmático el discurso epocal de la ciencia aparece narrativizado en NIC NAC, haciendo del relato una construcción verosímil, en este caso la geografía de Marte.

Gastón Germán Caglia
© Gastón Germán Caglia, (3.106 palabras) Créditos
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