Alberto Cañas (nacido en San José, Costa Rica, 16 de marzo de 1920 y fallecido el 14 de junio de 2014) fue un personaje de la cultura de Costa Rica: abogado y político (desempeñó cargos públicos) pero también periodista y escritor. De una dilatada carrera dentro de la política y el derecho, supo aunar sus esfuerzos también con la literatura publicando durante casi todo el siglo XX. Entre sus obras más importantes encontramos LOS OCHO AÑOS, publicado en 1955 y que relata lo ocurrido durante la Guerra Civil de 1948. Asimismo podemos mencionar ensayos como LA SEGUA, de 1974 y UVIETA, de 1980, como así también las novelas FELIZ AÑO, de 1974 y UNA CASA EN EL BARRIO DEL CARMEN, de 1976, y libros de cuentos como CUENTOS DEL GALLO PELÓN, de 1980.

Sus primeros trabajos literarios estuvieron centrados en la poesía. De hecho su primer libro se titula ELEGÍA INMÓVIL. Pese a ello enseguida se vuelca al teatro, el cuento y la novela. En su dilatada obra Cañas se dedicará a retratar la realidad nacional y a reflexionar sobre lo que Costa Rica fue y estaba destinada a ser.

Sin embargo, y yendo al tema que nos interesa, debemos tener presente que la literatura de género, en particular la ciencia-ficción, se encontraba relegada a un segundo plano a principios del siglo XX, en particular en Centroamérica, donde la producción literaria tiraba más por el costumbrismo o la literatura de corte realista y política. Empero no menos cierto es que también circulaban revistas dedicadas al terror o al gótico a principios del siglo XX.

Pese a ello Costa Rica posee un rico pasado, aunque aislado y sin hacer escuela, en materia de ciencia-ficción. Ya en otra oportunidad se ha detallado la obra del guatemalteco Máximo Soto Hall, en particular EL PROBLEMA [1], una novela distópica, de corte político, escrita en 1899 pero publicada en Costa Rica. Esta obra está fuertemente influenciada por las cuestiones geopolíticas de la región ya que puede leerse como enmarcada dentro de una idea antiimperialista norteamericana. Porqué es importante esta novela en Centroamérica. Pues porque esta va a dialogar con LA CAÍDA DEL ÁGUILA, de Carlos Gagini [2], una obra de ciencia-ficción publicada veinte años después de EL PROBLEMA, y que debate con ella en una tónica política merced a la fuerte presencia que los EE. UU. continúa imponiendo en la zona durante esos años.

Como si ello fuera poco también nos encontramos con el cuento EL NÚMERO 13.013, de 1908 y escrita por León Fernández Guardia, mezcla de relato policíaco y ciencia-ficción.

Y siguiendo una hipotética línea histórica, ya bien entrado el siglo XX, una obra que también detallamos. En 1926 aparece EL DR. KULMAN. Novela publicada por el padre Ramón Junoy que trata sobre una técnica para extraer los recuerdos de los muertos tras su fallecimiento, también mezclando el género policíaco.

Hasta acá lo que podría denominarse como los orígenes de la ciencia-ficción, en este caso de Costa Rica. Sin embargo en los años posteriores se da un fenómeno que no es exclusivo de este país sino de todo el sub continente, las continuas revueltas, revoluciones y golpes militares generan inestabilidad en la región, a la par que la injerencia norteamericana sigue siendo fuerte, llegando en los años 1970 a lo que se conoce como el Plan Cóndor en el cono sur y en términos generales por la Guerra Fría y que influye notablemente en la cultura de Centroamérica.

La segunda mitad del siglo XX entonces perpetúa esa corriente literaria básicamente recostada sobre el costumbrismo, la historia y el discurso político, a la vez que laica y lógica, dejando sin espacio, o relegando a un muy escueto segundo plano, a la fantasía o los géneros que se desprenden de ella. Realismo e identidad nacional serán la tendencia que marcará el siglo XX. Empero, como ya se ha dicho, la fantasía, el terror, o la literatura evasiva tuvieron su lugar, soslayado a veces, en revistas y libros de pequeña tirada.

Luego llegaría el modernismo como estilo literario, movimiento artístico y cultural dando impulso a una nueva forma de escribir más recostada hacia temas como lo oriental, las ciencias ocultas y el juego de la imaginación en los relatos fantásticos donde podemos ubicar en esta época a quien quizás sea el más destacado referente Alfredo Cardona Peña. Admirador de la obra de Ray Bradbury, Peña se radicó en México donde publica casi toda su obra más importante siendo por ello considerado como un mexicano por opción. En 1966 publica CUENTOS DE MAGIA, MISTERIO Y HORROR, un libro de relatos escritos durante los primeros años de la década del 1960. También se puede mencionar La fábula contada, de 1972. Vale la pena acotar que este escritor adquiere relevancia con su poema RECREO SOBRE LA CIENCIA-FICCIÓN, de 1967.

Por otro lado también podemos mencionar dentro de las letras costarricenses a Louis Ducoudray, quien en 1976 publica EL AGUA SECRETA. También destacan Carmen Naranjo, Linda Berrón y Luis Bolaños, aunque dichos autores nunca fueron considerados explícitamente como escritores de ciencia-ficción.

Por ello se puede decir que una segunda etapa de la literatura de género, y de la ciencia-ficción en particular, se da a partir de la segunda mitad del siglo XX cuando el escritor Alberto Cañas publica el relato EL PLANETA DE LOS PERROS en la PRIMERA ANTOLOGÍA DE LA CIENCIA-FICCIÓN LATINOAMERICANA, relato escrito hacia fines de la década del ´60 y publicada en 1970.

EL PLANETA DE LOS PERROS

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