Sinopsis
Península de Florida, 1840. Un oficial de la marina norteamericana, y el capitán del ejército Quincy Wyatt, buen conocedor del territorio, se embarcan en una arriesgada misión para encontrar a unos contrabandistas, que están proporcionando fusiles y municiones a los renegados indios seminolas.

Raoul Walsh (1887-1980) fue uno de los legendarios pioneros de Hollywood, pues inició su carrera como director nada menos que en 1912. Incluso hizo algún pinito como actor en la época muda, llegando a interpretar el personaje de John Wilkes Booth, el asesino de Abraham Lincoln, en la muy exitosa y polémica en su momento EL NACIMIENTO DE UNA NACIÓN (THE BIRTH OF A NATION, David W. Griffith, 1915). Aunque a lo largo de su dilatada carrera, compuesta por más de un centenar de películas, cultivó diversos géneros, para los cinéfilos como el abajo firmante siempre será uno de los más grandes directores del cine de aventuras, independientemente de la época y el escenario histórico en que estas se desarrollen.
TAMBORES LEJANOS, producción Warner de 1951, es un western un tanto atípico principalmente por su demarcación geográfica, pues no transcurre en el Oeste clásico, sino en el sudeste, en la pantanosa Florida. La acción se enmarca durante la campaña que libró el ejército estadounidense contra los indios seminolas, en las primeras décadas del siglo XIX. Por supuesto, como era habitual en el cine de la época, este conflicto está narrado desde el punto de vista americano, así que el guión de Rackin y Busch trata el asunto muy por encima, ofreciendo una imagen estereotipada de los seminolas [1]. Pero una película no es un documental histórico, algo que no les entra en la cabeza a algunos iletrados de hoy, que parece que lo poquísimo que creen saber de historia lo aprendieron viendo películas. De modo que esa superficialidad del guión en el tratamiento de la guerra seminola es perfectamente disculpable. Por otra parte, Walsh, como todos los grandes del cine, no dejaba que la realidad le estropeara una buena historia. Y la que cuenta en el film que nos ocupa es realmente magnífica.
Estamos ante una de las fabulosas cintas de aventuras rodadas en los años 50, década durante la que este genero alcanzó una difusión extraordinaria. A estas alturas, Walsh ya era un veteranísimo realizador con una dilatada experiencia, de modo que no debe extrañar que la factura de la cinta sea impecable en todos sus aspectos cinematográficos. El bien estructurado guión es traducido en imágenes por un Walsh pletórico, que nos ofrece un soberbio espectáculo repleto de acción, tal como esta se entendía en la era clásica del cine, además de humor, romance, exotismo y un héroe como los de antes, de una pieza, aunque con cierta tragedia íntima en su pasado, encarnado por el gran Gary Cooper. El ritmo narrativo se sostiene durante los aproximadamente 101 minutos de metraje, sin altibajos de ningún tipo, habilidad que hasta los directores más vulgares del cine clásico poseían, y de la que parecen carecer la mayoría de los realizadores actuales, que alternan en sus obras pasajes excesivamente trepidantes, que en ocasiones rozan el ridículo, con otros capaces de aburrir a las piedras.
TAMBORES LEJANOS también ostenta una belleza visual impresionante y hasta cierto punto conmovedora, realzada por el empleo del Technicolor. Los paisajes paradisiacos están magníficamente fotografiados por Hickox, resaltando el límpido azul del cielo, las aguas cristalinas, la blancura de la arena de la playa, que también cubre las orillas del lago, los distintos tonos de verde de la jungla o las coloridas vestimentas de los indios. El film se rodó en escenarios naturales de Florida, con unas escasas escenas filmadas en estudio. La fortaleza de los contrabandistas de armas, que en la película recibe el nombre de Fuerte Infanta, es, en realidad, el castillo de San Marcos, construido por los nuestros durante la etapa histórica en que dominamos la región. Como curiosidad, cabe comentar que en esta fortaleza fue donde se arrió por última vez la bandera española en Florida.
En el cine de Walsh no hay lugar para las veleidades reflexivas o contemplativas. Tan sólo ocasionalmente concede a sus protagonistas algo así como un respiro dramático, para de inmediato retomar su pulso narrativo característico, volcándose en lo que de verdad le interesa: el desesperado periplo de sus héroes, la acción trepidante y la lucha a muerte que sostienen con sus antagonistas, e incluso con el entorno que los rodea. En lo que a fisicidad se refiere, muy pocos directores estaban al mismo nivel que él.
A Gary Cooper le dan la réplica un puñado de excelentes secundarios, empezando por el entrañable Arthur Hunnicutt (1910-1979), actor de soporte en decenas de películas y en más de cuarenta series televisivas. Aunque trabajó en producciones de todos los géneros, incluida la ciencia-ficción, se convirtió en uno de los intérpretes más queridos por los aficionados al western, gracias a títulos como FLECHA ROTA (BROKEN ARROW, Delmer Daves, 1950); BILLETE A TOMAHAWK (A TICKET TO TOMAHAWK, Richard Sale, 1950); LA ROJA INSIGNIA DEL VALOR (THE RED BADGE OF COURAGE, John Huston, 1951) y EL DORADO (Ídem, Howard Hawks, 1966).
El teniente Tufts está interpretado por otro gran secundario, Richard Webb (1915-1993), que destacó, sobre todo, por su participación en algunas obras maestras del cine negro, pues le hemos visto en RETORNO AL PASADO (OUT OF THE PAST, Jacques Tourneur, 1947); MIL OJOS TIENE LA NOCHE (NIGHT HAS A THOUSAND EYES, John Farrow, 1948); EL RELOJ ASESINO (THE BIG CLOCK, John Farrow, 1948) y FUI COMUNISTA PARA EL FBI (I WAS A COMMUNIST FOR FBI, Gordon Douglas, 1951).
La chica es una belleza inmigrante, pues Mari Aldon (1925-2004) se llamaba, en realidad, Marija Aldona Pauliuté y había nacido en Lituania nada menos. Su carrera fue discreta, pero interesante, llegando a trabajar con Katharine Hepburn en LOCURAS DE VERANO (SUMMERTIME, David Lean, 1955). Su película más popular, con diferencia, sigue siendo TAMBORES LEJANOS. Como actriz se prodigó mucho más en televisión. De 1953 a 1970 estuvo casada con el afamado director Tay Garnet.
Por último, tenemos a Ray Teal (1902-1976), eterno secundario en cine y televisión, que, como muchísimos actores característicos, alcanzaría gran popularidad. Trabajó en más de 250 películas, arropando a estrellas de la talla de Gary Cooper, Humphrey Bogart, Errol Flynn o Robert Taylor. En televisión intervino en casi un centenar de programas, pero su papel más recordado, el que le granjearía el eterno cariño del público estadounidense, fue el de Roy Coffee, Sheriff de Virginia City en la mítica Bonanza.
Volviendo al film que nos ocupa, según algunos críticos poco perspicaces, el romance entre Wyatt y Judy carece de profundidad y se resuelve de una forma demasiado facilona. La síntesis de estupidez no puede ser más evidente, e induce a pensar al cinéfilo avezado que, quienes así opinan, no deben de tener muy claro el tipo de película que es TAMBORES LEJANOS. Se trata de un film de aventuras, en el que la historia de amor sólo es un complemento más del relato, pero no la base del mismo. Para una película así, el romance entre Quincy y Judy está correctamente tratado, y poco más se puede decir al respecto.
Raoul Walsh destacó no sólo por su pericia como realizador, sino también por su habilidad para realizar remakes de algunas de sus películas más emblemáticas, adscribiéndolas a otros géneros. Eso fue lo que hizo con JUNTOS HASTA LA MUERTE (COLORADO TERRITORY, 1949), versión en clave western de su extraordinaria EL ÚLTIMO REFUGIO (HIGH SIERRA, 1941), uno de los títulos fundamentales del cine negro, y el film que, junto a EL HALCÓN MALTÉS (THE MALTESE FALCON, John Huston, 1941) consagraría a Humphrey Bogart como un gran actor. En el caso de TAMBORES LEJANOS, es claramente un remake de OBJETIVO: BIRMANIA (OBJETIVE: BURMA! 1945), uno de los grandes clásicos del cine bélico Made in Hollywood.
Obviando ciertas incongruencias, referidas al armamento y los uniformes que se ven en la película [2], esta se revela como uno de los mejores títulos del cine de aventuras. La cinta se estrenó en USA el martes 25 de diciembre de 1951. La Warner decidió estrenarla en San Agustín, en el Condado de San Juan, Florida. Esta ciudad, fundada en septiembre de 1565 por el conquistador español Pedro Menéndez de Avilés, el legendario Adelantado de la Florida, es la población de origen español y europeo (aunque les reviente a los ingleses) más antigua del territorio continental estadounidense, y ha estado habitada permanentemente, sin interrupciones, desde su fundación hasta nuestros días. El estreno de TAMBORES LEJANOS fue una fiesta, y al mismo asistió el por entonces gobernador del estado, el demócrata Fuller Warren, que se fotografió junto a Mari Aldon.
La película recibió críticas dispares y no muy elogiosas, pero, en general, fue bien acogida por el público y funcionó aceptablemente en taquilla, aunque en su momento no fue lo que se dice un exitazo. Obviamente, era una cinta comercial y poco más, por lo que no fue incluida en los Oscars de 1951. Llegó pronto a nuestro país, pues su estreno en España se verificó en Barcelona, el lunes 22 de diciembre de 1952, y en Madrid el lunes 12 de enero de 1953.
[1] Pueblo amerindio, escindido de la nación Creek a mediados del siglo XVIII. Guerreó constantemente contra los españoles, y también contra otras tribus indígenas, a fin de obtener un territorio propio. Tras comprar el territorio de Florida a la ya decadente España, en 1819, el gobierno estadounidense decretó que los seminolas debían trasladarse al actual estado de Oklahoma, por entonces una tierra inhóspita y pobre. Una parte de los seminolas aceptó el traslado, pero otra, mucho más numerosa, se rebeló y tuvo en jaque al ejército de los Estados Unidos hasta 1841. Fue la guerra india más costosa, tanto en vidas humanas como en dinero, de todas las emprendidas por el ejército americano, superando, incluso, a las que sostuvo contra Sioux y Apaches, muchísimo más conocidas. Una característica de los seminolas de Florida, obviada en todas las películas sobre ellos, era el buen recibimiento que daban a los esclavos huidos de las plantaciones, que eran acogidos por la tribu como si fueran hermanos de raza. Puesto que en la primera mitad del siglo XIX siete de cada diez oficiales del ejército procedían del Sur, y por tanto de estados esclavistas, la mayoría de los militares de carrera profesaba un odio extremo hacia estos indios. Los esclavos fugitivos acogidos por ellos llegaron a ser tantos, que dieron origen a una rama de este pueblo amerindio conocida como la de los seminolas negros. Hoy día su población, que llegó a estar al borde de la desaparición, se ha incrementado notablemente, y vive repartida entre Florida y Oklahoma. Los seminolas negros se establecieron en Texas, aunque también existen grupos pequeños de ellos en el norte de México e incluso en las islas Bahamas. N del A.
[2] Las armas, y buena parte de los uniformes que se ven en la película, no se corresponden con la época histórica en que se desarrolla la acción. En 1840 el arma corta reglamentaria en el ejército de los Estados Unidos era el revólver de percusión (avancarga) Colt Walker, pero en la cinta Wyatt emplea un Colt New Model Army (Nuevo Modelo para el Ejército) de cartucho metálico y, seguramente, en calibre 45, que era el estándar militar de la época. El revólver Colt de acción simple, cartucho metálico y fuego central, como el que lleva Cooper, salió al mercado en 1871, pero se le conoce como modelo 1873 por ser éste el año en que fue designado como reglamentario por el ejército. Al principio se fabricó sólo en calibre 45 y con tres largos de cañón, modelos conocidos como Artillería, Caballería y Civil. Wyatt porta el segundo de ellos. Pero no tardaron en fabricarse en todos los tamaños y calibres. En el mercado civil fue conocido como Peacemaker (Pacificador), o Frontier (Fronterizo). Todavía se fabrica, lo que dice mucho y bueno de una pistola diseñada hace 150 años.
Durante la guerra seminola el ejército estadounidense estaba armado con fusiles de avancarga, no mucho más avanzados tecnológicamente que los mosquetes de las guerras napoleónicas. Sin embargo, los hombres de Wyatt van equipados con carabinas Springfield mono tiro, de retrocarga y cartucho metálico de fuego central, arma que no entraría en servicio hasta 1870. Los rifles y carabinas Springfield aparecieron durante la Guerra de Secesión (1861-1865), pero en versiones de avancarga. Tampoco resulta creíble que el destacamento de Wyatt emplee carabinas, más ligeras y de cañón más corto, porque estaban diseñadas para la caballería, en vez de rifles, más grandes y pesados. En la guerra seminola la caballería, por la peculiar orografía del teatro de operaciones, jugó un papel muy secundario, de modo que los hombres de Quincy son infantes.
Respecto a los uniformes de los soldados de Wyatt, en realidad se trata del modelo empleado, tanto por la infantería como por la caballería estadounidense, a partir de 1890.
Cuando proceden a la voladura del Fuerte Infanta, Quincy Wyatt habla de dinamita, explosivo que no existía en 1840, pues fue inventado por el sueco Alfred Nobel en 1867, combinando la peligrosísima nitroglicerina con materias inertes, a fin de darle estabilidad y que se pudiera manejar sin peligro. No obstante, es posible que esto se deba a un error de doblaje. El explosivo militar de la época era la pólvora negra, y su variante, el algodón-pólvora, utilizado preferentemente por la artillería. N del A.
