
Ayer día 25 fui a gozar del magno espectáculo de HARRY POTTER Y LA CÁMARA SECRETA.
En el cine hacía un calor insoportable y estaba todo lleno de chiquillos, que seguro que habrán pasado la noche sin dormir del miedo que habrán tenido. Porque para un chiquillo de 8 años la película da miedo. Me lo dio también a mí, pero por otros motivos.
¿Y qué es esta segunda entrega del Potter? Pues exactamente igual que la primera. Desconozco si los libros son así, aunque me imagino que si. Es como leer las Torres de Mallory o El Internado de Santa Clara, las dos series de Enid Blyton, en las cuales siempre pasa lo mismo. Esta segunda parte o continuación es calcada plano a plano de la primera. Si la primera me gustó, ésta no lo ha conseguido porque es un plagio de LA PIEDRA FILOSOFAL.
Desde el principio empiezan a concatenarse escenas ya vistas. Los problemas en la casa con la familia de Harry, el tren, los problemas con el compañero rubio y repelente, escenas de comedor, el bosque, el partido de escobas voladoras y como acabose otra escena igual que el final de la primera, enfrentamiento entre el bien y el mal, Y se acabó la película. Dos horas y media para esto es demasiado, máxime cuando te empiezas a acordar de los ancestros de Rowling y del director, que no han sabido aportar nada, pero nada, nuevo a este cochambroso film.
Eso si, efectos especiales lujosos, actuaciones, algunas, pocas, pasables y poco mas. Por lo demás decepción absoluta.
Recomendada para niños, de doce años en adelante.
HARRY POTTER Y LA CÁMARA SECRETA
HARRY POTTER Y LA PIEDRA FILOSOFAL
EL HOMBRE BICENTENARIO