Sinopsis
El sur del Bronx es la zona más conflictiva de Nueva York, cuya comisaría, la 41, es conocida como Fort Apache, ya que viene a ser como un fuerte en territorio hostil. En ella presta servicio Muphy, un veterano agente de policía que conoce bien el barrio. Cuando el capitán Dugan se jubila, es sustituido por el capitán Connoly, un oficial de la vieja escuela, que quiere poner algo de orden tanto en la comisaría como en el barrio, plagado de delincuentes. Murphy y su compañero, Corelli, tratan de cumplir con su obligación de la mejor forma posible, evitando la violencia cuando es posible. Pero algunos miembros del cuerpo suelen extralimitarse. Un día, Murphy y su compañero presencian cómo el agente Norman arroja de una terraza a un muchacho inocente. A partir de ese momento, se desata en el ánimo de Murphy una lucha interior entre su predisposición natural a hacer lo correcto, y la lealtad que los policías esperan de sus compañeros. En medio de todo eso, mantiene una relación sentimental con Isabelle, una bella enfermera portorriqueña adicta a las drogas.
Aunque era un actor de primera fila, las últimas películas en las que había trabajado Paul Newman habían tenido una acogida discreta. Desde EL COLOSO EN LLAMAS (THE TOWERING INFERNO, John Guillermin / Irwin Allen, 1974), una cinta catastrofista modélica que devino en un auténtico taquillazo, parecía que Newman no acababa de dar con una buena historia. EL CASTAÑAZO (SLAP SHOT, George Roy Hill, 1977), una comedia sobre el entrenador de un equipo de hockey sobre hielo, había sido muy bien acogida por el público joven. Pero el lenguaje soez de su personaje en esta cinta desagradó profundamente a una parte considerable del público estadounidense, que la consideró uno de los peores trabajos de su carrera. Para acabar de fastidiar las cosas, su hijo Scott había muerto en 1978, a consecuencia de su adicción al alcohol y las drogas, así que el actor de los ojos azules estaba bastante desanimado. Y entonces llegó el proyecto de DISTRITO APACHE, un film con el que Newman aspiraba a desarrollar un nuevo estilo como intérprete.
En las décadas de los 70 y 80, el sur del Bronx era un verdadero infierno. Infestado de drogadictos, chulos, prostitutas, camellos y toda clase de gente de mal vivir, era un distrito que avergonzaba a los neoyorkinos, un auténtico guetto de miseria y delincuencia por el que nadie parecía preocuparse. Casi la mitad de los edificios estaban en ruinas, las calles aparecían llenas de basura y su aspecto general era de total abandono. Algunos periodistas lo compararon con la ciudad alemana de Dresde, después del bombardeo que la redujo a escombros humeantes en 1945. La situación del barrio era tal, que en 1977, poco después de ocupar la presidencia de USA, Jimmy Carter lo visitó y se quedó horrorizado con lo que vio. Prometió ayuda federal para rehabilitarlo, pero pasaría muchísimo tiempo antes de que empezaran a llegar, con cuentagotas, los fondos federales.
Por aquel entonces, corría por Hollywood un guión sobre la vida diaria de los policías que prestaban servicio en South Bronx, en concreto en el Precinto (comisaría) 41. Heywood Gould había escrito el primer boceto de ese guión cinematográfico, basándose en las experiencias profesionales que le habían narrado dos detectives, Peter Tessitore y Tom Mulhearn, que trabajaron allí. El productor David Susskind pensaba que de aquel texto podía salir una buena película, de modo que se las arregló para que la 20th Century Fox se aviniera a apadrinar el proyecto, en principio dotado de un presupuesto de quince millones de dólares. De la dirección se haría cargo Daniel Petrie, que había leído la historia de Gould y estaba entusiasmado con llevarla a la pantalla.
La Fox quería a Steve McQueen en el papel protagonista, pero, por diversas razones, entre ellas la insistencia de Susskind, que apostó desde el primer momento por Paul Newman, éste se hizo con el personaje. El segundo papel en importancia era el de Corelli, compañero y protegido de Murphy, para el que se requería un actor joven y con carácter. Se barajó el nombre de John Travolta, pero, tal vez por razones económicas, se decidió contratar a Ken Wahl. El nuevo capitán de la comisaría sería Edward Asner, el policía homicida Danny Aiello, y Rachel Ticotin, prácticamente una recién llegada al cine, encarnó a Isabelle, la enfermera que mantiene una complicada relación íntima con Murphy. Charlotte, la prostituta yonqui asesina de policías, fue encarnada por Pam Grier, actriz negra que gozó de cierta popularidad en el cine blaxploitation [1] de los 1970.
Susskind decidió que los exteriores se rodaran en el South Bronx, porque quería beneficiar económicamente a los habitantes de un barrio tan deprimido como aquel. Al fin y al cabo, iban a necesitar muchísimos extras, y seguro que su contratación para la película sacaría de apuros financieros a muchas familias, aunque sólo fuera de un modo temporal. Esta decisión, en apariencia tan loable, acabaría teniendo funestas consecuencias para el film.
En el South Bronx vivían, en inestable mescolanza, varios miles de personas de distintas etnias, generalmente enfrentadas entre sí. Se ignora cómo pudo ocurrir, pero, de alguna forma, se filtraron copias del guión que cayeron en manos de la gente del barrio. Al poco, el Bronx entero estaba indignado ante lo que consideraba el tono racista de la película, pues, según algunos, todos los negros o hispanos que aparecían en ella hacían de drogadictos o delincuentes. Esto, naturalmente, era más falso que un dólar de hojalata, porque en la cinta salían bastantes hispanos y negros en roles de policías, médicos o enfermeras. Pero eso no interesaba a los promotores de todo aquello. Apenas comenzado el rodaje, en marzo de 1980, la gente del Bronx creó el Comité Contra Distrito Apache, cuyo objetivo era boicotear como fuera la filmación de la película.
El productor principal, David Susskind, y el director, Daniel Petrie, se reunieron con una delegación de tan estúpido comité, para ver de atemperar un poco las cosas. Los representantes del CCDA exigieron unos cambios radicales en el guión, que lo desvirtuaban por completo. Querían que el suyo fuera presentado en pantalla como un barrio normal, con algún problema de delincuencia pero no muy distinto del resto de distritos neoyorkinos. Pero eso no era cierto ni de lejos. En aquel tiempo, en el South Bronx se cometían más robos con violencia, más violaciones y más asesinatos con armas de fuego que en cualquier otra parte de La Gran Manzana. Petrie y Susskind se negaron en redondo a variar nada del guión. A partir de ese momento, el rodaje fue continuamente interrumpido por piquetes, que, con su actitud rayana en la violencia, en algunas ocasiones estuvieron a punto de provocar una desgracia. La CCDA también inició una ofensiva legal, ya que William Kunstler [2] presentó una demanda formal contra la película ante el Tribunal Supremo del Estado de Nueva York. El tribunal falló a favor de los productores, al considerar que la demanda sólo se basaba en planteamientos de índole ideológica.
A esta cruzada de la barriada de quinquis se unió el New York Post, periódico que se complació en atacar a Paul Newman y Edward Asner, llamándolos hipócritas. Asner y Newman eran famosos por su postura progresista en cuestiones políticas. Los gacetilleros de ese diario afirmaron que eso era tan sólo una pose, porque, si algo o alguien ponía en peligro sus elevados salarios, como ocurría con el asunto de DISTRITO APACHE, Asner y Newman actuaban como verdaderos reaccionarios. Paul Newman estuvo enfrentado al New York Post hasta su muerte, pues, a partir de entonces, el diario sólo publicaba las críticas de sus películas si eran malas. Incluso en la información de la programación televisiva el periódico vetaba el nombre de Paul Newman. Si una cadena emitía, por ejemplo, MARCADO POR EL ODIO, se hablaba de una película de Robert Wise, sin mencionar en absoluto a su protagonista. Newman, por su parte, no perdía ocasión de denostar al New York Post, que, según su opinión, tenía la misma credibilidad que la prensa llamada del corazón. La verdad es que el actor, muy celoso de su privacidad, tuvo varios encontronazos con periodistas. Cuando la revista Newsweek publicó cierto artículo sobre la vida y muerte de su hijo Scott, se sintió tan ofendido que canceló su suscripción a la misma.
Parece ser que Newman intentó templar los ánimos, entrevistándose con varios de los que lideraban la oposición a que se rodara la película. No consiguió nada, así que en abril decidió dar una conferencia de prensa para aclarar las cosas. Como hasta en los medios se insistía en que era un film racista y fascista
, donde los malos eran negros e hispanos, el actor no tuvo otra que desentrañar un pasaje clave de la película. Esta no es una película racista. Quizás no da una buena imagen de algunos
—recalcó lo de algunos
— hispanos y negros, pero los verdaderos villanos de la función son dos policías irlandeses, que tiran a un muchacho portorriqueño desde una azotea
. Fue aún más lejos, al afirmar que una película policiaca debía centrarse, por fuerza, en las actividades de los camellos, las prostitutas y los atracadores, independientemente de la raza de éstos, porque también hay camellos, furcias y atracadores de raza blanca
. El actor insistió en que DISTRITO APACHE serviría para dar a conocer a los estadounidenses las infrahumanas condiciones de vida del South Bronx, pues pensaba que el noventa por ciento de los americanos ni siquiera sabía que en Nueva York existiera un páramo como aquel; un barrio de una ciudad americana en el que no habían ni escuelas ni hospitales, pero en cuyas calles era posible adquirir una docena de drogas distintas.
De todas formas, aunque Newman y otros actores de la película habían oído mencionar el South Bronx, nunca habían estado allí, de modo que la realidad que se encontraron tuvo un considerable impacto en sus ánimos. Newman, los productores y el director, decidieron ayudar en lo posible a aquella comunidad. El actor descubrió que la Fundación Ford [3] estaba invirtiendo en el barrio, financiando, además, varios programas para que las personas con poco nivel adquisitivo pudieran acceder a una vivienda digna. Newman colaboró con dicha Fundación en la medida de sus posibilidades. Además, pidió a Susskind y Petrie que se abriera el film con una declaración, en la que se dejara bien claro que en el Bronx había mucha gente honrada, que se esforzaba por mejorarlo. Petrie y Susskind estuvieron de acuerdo. Por otra parte, el personaje del capitán Connoly se suavizó un tanto, haciéndole reconocer en una escena que los vecinos honrados del Bronx necesitaban una policía eficaz y ejemplar.
Toda esa absurda campaña, cuyo tufillo progre era público y notorio, contribuyó al fracaso de la película. También aportó su granito de arena el entonces alcalde de la ciudad, el demócrata Ed Koch, que, por razones claramente electoralistas, definió DISTRITO APACHE como un film racista, llegando a afirmar que esta película huele mal
. Aunque, en realidad, lo que olía pero que muy mal, y siguió oliendo así en gran parte por culpa de políticos mediocres como él, era el Bronx.
Por suerte, el transcurrir del tiempo ha revalorizado una película con valores extraordinarios. DISTRITO APACHE es un policiaco, pero Murphy viene a ser la antítesis del policía ultra violento y expeditivo, cuyo mejor exponente es el inspector Harry Calahan encarnado por Clint Eastwood en HARRY EL SUCIO (DIRTY HARRY, Don Siegel, 1972). En cierto modo, el estilo del film es muy similar al de la serie Canción triste de Hill Street. En su momento, iba un tanto a contracorriente de lo que normalmente se hacía en Hollywood en materia de cine policiaco. La película retrata con crudeza la triste y sucia realidad del distrito más violento de Nueva York, a los habitantes del mismo, tanto a los delincuentes como a los otros, y a los policías que prestan servicio allí, pero no se regodea en la exhibición de la miseria.
DISTRITO APACHE destaca sobre todo por su sobriedad. Petrie, obsesionado con alcanzar el mayor realismo posible, insistió en que el tiroteo en el hospital debía ser muy corto, sin ninguna concesión a la espectacularidad. El resultado fue una escena de apenas medio minuto, en la que Murphy y un detective abaten a los camellos que tienen retenido al personal del centro médico. Muchos policías auténticos, que vieron el film, contaron que la mayoría de los tiroteos en la vida real eran así.
DISTRITO APACHE es muy superior a otras películas de Newman, algunas de ellas muy sobrevaloradas por la crítica por razones que nada tienen que ver con el arte cinematográfico. Polémica en su momento, porque se atrevía a desvelar una realidad incómoda, que nadie quería ver en pantalla, es uno de los mejores títulos de la madurez de su protagonista y un film a recuperar.
[1] Subgénero de películas de acción, protagonizadas por actores de color y destinadas a la población negra, que hizo furor entre los afroamericanos en los años 70. Sus actores más representativos fueron Jim Brown, Richard Roundtree y Pam Grier. (N del A).
[2] William Kunstler (1919-1995). Abogado estadounidense, famoso por su radicalismo de izquierdas, que le llevó a defender a grupos terroristas como los Panteras Negras, miembros del ilegal Partido Comunista americano (acusados de subversión y actos de sabotaje) y, en general, a todo aquel que expresase una mínima simpatía por el marxismo. Considerado por la progresía de su país como un adalid de la democracia y los derechos civiles
, en varias ocasiones, se negó a representar a personas o grupos determinados por razones estrictamente ideológicas, afirmando: Sólo defiendo a los que amo
. Defendió a mafiosos tan destacados como Joe Bonanno o el infame John Gotti, responsable de múltiples homicidios, aunque afirmaba que jamás representaría a un fascista. Llegó a decir que los gángsters como los antes citados, y otros muchos que defendió a lo largo de su carrera, eran víctimas de la persecución injustificada del gobierno
. (N del A).
[3] Fundación benéfica establecida en 1936 por Edsel Ford, hijo de Henry Ford. Es una fundación sin ánimo de lucro, independiente de cualquier formación política, dedicada a promover la democracia, reducir la pobreza e impulsar la cooperación internacional y el desarrollo humano. A lo largo de sus 86 años de existencia, ha desarrollado innumerables iniciativas que han contribuido a mejorar la calidad de vida de los más desfavorecidos, no sólo en USA, sino también en el resto del mundo. (N del A).
