
¿Sabiendo lo que sabemos del universo hay espacio en el pensamiento racional para un dios creador del mismo?
Sólo el planteamiento de la pregunta incluyendo el adjetivo racional, hará que a mas de uno se le pongan los pelos como escarpias y comience a pensar en aberraciones creacionistas, neocons e integrismos religiosos diversos. Lo mas probable es que si lee este comentario siga pensando lo mismo, incluso si se anima a leer el libro, algo que recomiendo. Cambiar de modo de pensar, como bien dice López Corredoira, uno de los coautores, es bastante difícil a partir de ciertas edades.
Quien esté un poco al tanto de las elucubraciones sobre las fronteras entre la física, la filosofía y la teología, descubrirá que es un debate clásico y no encontrará en esta obra nada esencialmente nuevo, lo interesante es que está desarrollado en forma de un ameno y a veces encendido debate entre Francisco Soler Gil, que defiende la postura teísta y Martín López Corredoira que hace lo propio con la materialista, además de ofrecer un claro panorama y una extensa bibliografía sobre la materia.
La tesis de partida de Soler Gil plantea se basa en tres datos: El universo existe, es racional en el sentido de que nuestra razón es capaz de establecer modelos de funcionamiento y parece increíblemente ajustado para la aparición de la vida tal y como la conocemos. Y postula que tales afirmaciones encajan mejor en un universo teísta que en uno puramente materialista, dejando claro que no pretende demostrar la existencia de dios, sólo que no es absurdo preguntarse sobre ella. López Corredoira elude esa línea argumentando que desde el punto de vista materialista esas preguntas carecen de sentido, conocemos lo que conocemos y punto, y deriva el debate hacía el cuestionamiento de la religión en general y el cristianismo en particular, terreno que S. G. no esquiva.
En mi opinión, si hay un ganador, es Soler Gil (dejando constancia que yo soy más o menos católico, y mi maldito subconsciente, por mucho que intente ser objetivo, me hace inclinar hacia los argumentos teístas) entre otras cosas porque L. C. deja traslucir un desprecio hacía cualquier metáfisica o mitología caduca lo que no deja de ser en el fondo un argumento ad hominen no demasiado válido.
En cualquier caso, dentro de la seriedad de los planteamiento, el libro es de lectura sencilla y sea cual sea la postura que uno defienda, encontrará motivos para afirmarse en ella o quizá, para considerar que la contraria no es tan irracional como a primera vista puede parecer.
Francisco José Soler Gil (1969) ha realizado estudios de Física y Filosofía. Es doctor en Filosofía por la Universidad de Bremen y miembro del grupo de investigación de Filosofía de la Física de citada universidad.
Martín López Corredoira (1970) es doctor en Ciencias. Físicas y en Filosofía. En la actualidad es investigador en el Instituto de Astrofísica de Canarias. Ha recibido el Premio Platero-2002 de Poesía (Club del Libro en Español, ONU, Ginebra)