
Multipremiado, reeditado (creo que, en España, debe ir ahora por su octava edición) con gran prestigio, buena fama y mejor prensa, este libro de Paul Auster es el típico ejemplo de obra sobrevalorada, sin que sus méritos vayan más allá de ser una obra medianamente entretenida, con grandes altibajos y desarrollo más que irregular.
No digo que sea un mal libro, que no lo es, sólo que resulta poco consistente, en ocasiones nada creíble y en otras aburrido y farragoso, con pasajes más que notables intercalados aquí y allá.
También es cierto que se trata de un libro trampa, o por decirlo de otra forma, un libro dentro de un libro, no al estilo de LAS TORRES DEL OLVIDO, de George Turner, sino al desarrollo de partes un libro y la forma en la que se escribe. El problema de esto es que Auster es capaz, por un lado, de escribir un muy buen libro biográfico, y por otro una lamentable novela costumbrista. La cosa empieza cuando David Zimmer, traductor y profesor de universidad, pierde a su familia en un accidente aéreo. Esto le deja sumido en un estado casi catatónico, pero le convierte en un hombre inmensamente rico gracias a las primas de los seguros. Esta indeseada fortuna le permite regordearse aún más en su dolor al no tener necesidad de volver al mundo exterior para sobrevivir, y está a punto de convertirse en un guiñapo humano cuando descubre las películas de un oscuro cómico de los últimos años del cine mudo; Hector Mann.
Las películas son asombrosamente buenas, tanto que despiertan la curiosidad de Zimmer y le sacan de su doloroso letargo. La búsqueda de la producción de Mann y la escritura de un libro sobre su vida consiguen sacarlo a flote. Sin embargo, un misterio envuelve a Hector Mann, sólo doce películas componen su obra, desaparece completamente tras la última y nadie supo jamás nada de él. Al poco de publicarse Zimmer recibe una nota en la que se le comunica que a Hector Mann le ha gustado el libro y quiere conocer.
A partir de ahí se superponen dos libros, uno de ellos, trasunto del publicado por Zimmer y extracto de otro, aún inédito, escrito por otro de los personajes de la novela, cuenta la vida y andanzas de Hector Mann, como y porque desapareció, cual fue su vida anterior a su carrera cinematográfica, como se desarrollo ésta e, incluso, la descripción pormenorizada de alguna de sus películas. Es lo mejor y más interesante de EL LIBRO DE LAS ILUSIONES, Mann es un personaje interesante, de fuerza amplificada gracias a los ojos admirados de Zimmer. Sin embargo, todo lo que tiene que ver con éste último, resulta ser una aburrida relación de miserias y neurosis. Alcoholizado, recuperado del alcoholismo, inseguro, audaz, sistemático, desaliñado, resulta tan agotadoramente contradictorio que llega al punto de hacerse poco creíble y menos simpático, para acabar convirtiéndose en una molestia dentro de la novela, de la que acaba por convertirse en dueño la figura poderosa de Hector Mann.
Ese es el gran fallo del libro, el que lo hace tan poco agradecido de leer, la presencia gimoteante de Zimmer, que dejado de lado en las primeras páginas, y quizá recuperado al final, hubiera debido dejar el protagonismo absoluto a un Hector Mann intenso y enorme, un protagonista natural, al fin y al cabo.
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Publicado originalmente el 1 de mayo de 2004 en www.ciencia-ficcion.com