
En general, las referencias a la higiene íntima suelen ser bastante parcas en el cine y la literatura. La ciencia-ficción no se escapa a esta tendencia, sin embargo, las tres conchas (three seashells) son un referente dentro del género.
En la película DEMOLITION MAN (1993), John Spartan, un duro policía de Los Ángeles es criogenizado en 1996 y vuelto a descongelar en el 2032. Entre los muchos cambios que encuentra (asepsia extrema, falta de contacto físico, máquinas antipalabrotas expendedoras de multas) está la desaparición del papel higiénico y su sustitución por tres conchas marinas. Por supuesto Spartan, ante la hilaridad de sus nuevos compañeros de comisaría, ignora por completo como se usan, pero en cambio encuentra una fuente inagotable de papel con la que cubrir sus, nunca mejor dicho, necesidades: la máquina antipalabrotas expendedora de multas.
¿Cómo se usan pues las tres conchas? Posiblemente mediante un laborioso proceso de recogida y transferencia de materiales desde el origen y entre ellas, que por supuesto, no resultaría decoroso describir.