Algunos materiales presentan susceptibilidad magnética, que consiste en que son afectados cuando se les aplica un campo magnético. A nivel microscópico este fenómeno puede asociarse a la orientación de todos los pequeños campos magnéticos que presentan los átomos y las moléculas, que normalmente están distribuidos al azar, de forma que todos ellos quedan colocados de forma paralela al citado campo.
La susceptibilidad magnética tiene numerosas aplicaciones científicas y técnicas, siendo una de las más conocidas la resonancia magnética nuclear (RMN), utilizada como método de diagnóstico médico. En esquema, la RMN consiste en aplicar un campo magnético a un paciente, estudiando la respuesta de los campos magnéticos microscópicos de los átomos y las moléculas que componen sus diferentes tejidos, ya que estos varían en función de su entorno. Esta técnica, complementaria de las radiografías de rayos X, tiene la ventaja sobre éstas de que puede ser aplicada a tejidos blandos sin necesidad de preparación previa y que, además, resulta inocua para la salud a diferencia de los rayos X.