Arma futurista descrita por Glenn Parrish (Luis García Lecha) en su novela FUEGO PARA UN PLANETA, nº 188 de la exitosa colección de Editorial Bruguera La Conquista del Espacio.
La Bomba erizo es un arma antipersonal, ideada para ser utilizada contra grandes concentraciones de tropas de infantería. Va montada en la cabeza de un proyectil cohete, en cuyo ordenador de vuelo se programan las coordenadas del objetivo. Cuando el cohete alcanza las coordenadas previstas, aproximadamente sobre la vertical del objetivo seleccionado, la bomba propiamente dicha se separa del proyectil y cae libremente. A una altura programada de antemano, nunca inferior a los cien metros, el artefacto se abre, subdividiéndose en cientos de bombas de menor tamaño, que a su vez, y mientras siguen cayendo, se dividen en centenares de artefactos más pequeños aún, de las dimensiones aproximadas del puño de un hombre. Estas esferas, provistas de agudísimas cuchillas, salen disparadas en todas direcciones girando velozmente sobre sí mismas, cercenando cuellos y seccionando extremidades. Verdaderos erizos metálicos, siguen rumbos erráticos e imprevisibles, moviéndose a una distancia del suelo de entre cincuenta centímetros y metro y medio, por lo que pueden provocar una carnicería espantosa entre una formación de infantes. Cuando comienzan a perder velocidad y a dejar de girar sobre su eje, explotan como granadas, lanzando cada una de ellas, con tremenda potencia, cien bolas metálicas de un centímetro de grueso, miles de balas esféricas que acribillan a los supervivientes... si los hubiera.
Este mortífero artefacto futurista es muy similar a las actuales Bombas de Racimo, también llamadas Bombas Clúster. La Clúster es una bomba de caída libre o dirigida, que puede ser disparada desde aeronaves, vehículos de superficie o barcos de guerra. Una vez sobre el blanco elegido, se abre a una altura concreta, medida por un altímetro, liberando la submunición contenida en su interior. Esta submunición puede ser de muchos tipos: perforante, explosiva, incendiaria... Son muy eficaces contra concentraciones de tropas, columnas de vehículos y otros objetivos militares. Pero cuando se emplean en zonas urbanas, pueden provocar graves daños a la población civil. Parece ser que fueron empleadas por primera vez, de forma experimental, en la guerra de Vietnam, aunque este extremo nunca ha sido confirmado por el Ejército estadounidense. De cualquier modo, lo más probable es que García Lecha conociera este tipo de arma y se basara en ella para describir su peculiar Bomba Erizo, una de las armas más devastadoras con las que el escritor riojano deleitó a los seguidores de sus novelas de ciencia-ficción