
Perturbación fisiológica consistente en un rejuvenecimiento continuo del cuerpo en lugar del habitual envejecimiento, de forma que quien lo padece va retrocediendo de la edad adulta a la juvenil, y de ésta a la infantil, sin que exista ningún remedio conocido para invertir o tan siquiera frenar el proceso. Aparece descrito en la novela HYPERION (1989) de Dan Simmons, donde una de las protagonistas, la arqueóloga Rachel Weintraub, es afectada por este mal tras verse expuesta accidentalmente a los efectos de las mareas antientrópicas —que invierten el sentido del tiempo— existentes en las enigmáticas Tumbas del Tiempo.
Esta idea del tiempo fluyendo al revés, del futuro al pasado, esta vez de forma general y afectando a toda la humanidad, fue utilizada también por Philip K. Dick en su novela EL MUNDO CONTRA RELOJ (1967) en la que los muertos surgen de sus tumbas para acabar falleciendo en el interior del seno materno, lo que sin duda provoca un desquiciamiento total de la sociedad muy del gusto de este escritor.
Más recientemente la película norteamericana EL CURIOSO CASO DE BENJAMIN BUTTON (David Fincher, 2008) plantea un caso similar al de Rachel Weintraub, el de un hombre que nace octogenario y va rejuveneciendo conforme pasa el tiempo, hasta fallecer siendo un bebé, siendo la causa del fenómeno en esta ocasión un reloj diseñado para funcionar al revés.
Cabe reseñar, a modo de curiosidad, que este envejecimiento hacia atrás ya fue planteado en 1936 por el dramaturgo español Enrique Jardiel Poncela en su conocida comedia CUATRO CORAZONES CON FRENO Y MARCHA ATRÁS. En esta ocasión, los efectos anticronológicos son producidos por un brebaje inventado por un científico.