Puesto que el brillo con el que observamos a cualquier astro del firmamento depende de su intensidad intrínseca, pero también de la distancia que le separa de nosotros, para establecer comparaciones entre dos o más de ellos se establece el concepto de magnitud absoluta, que corresponde a la intensidad con la que brillarían si estuvieran situados a una distancia de 10 parsecs