
Criatura de afiliación taxonómica incierta. Algunos la sitúan en el reino animal, pero la carencia de sistema nervioso y la complejidad de su ciclo vital la emparentarían con los hongos. Son famosos en todo el Unicorp por sus deliciosas mollejas, que son extraídas en vivo (como no tiene sistema nervioso, al gandulfo no le importa demasiado). Son consumidas tanto en repostería como escabechadas o rehogadas con ajo y perejil. Pueden ser liofilizadas, reducidas a polvo y utilizadas como condimento. Por supuesto, los sucedáneos son legión. Las mollejas son consideradas pecaminosas por muchas culturas fundamentalistas.
En cuanto a los gandulfos, las granjas mollejeras proliferan por todo el Ekumen. Su crianza es asaz complicada, ya que hay varios sexos, los cuales han de acoplarse de determinada manera y sometidos a ciertos estímulos sonoros (las canciones de Enrique Iglesias son mano de santo) para dar descendencia fértil. Los criadores de gandulfos sufren a menudo ataques de desconsuelo, dado lo extraño y licencioso de las costumbres de tales criaturas, sus raros hábitos alimentarios y su manía de sodomizar al primero que pillen en cuanto se descuide. Los gandulfos poseen un pelo largo y sedoso, muy apreciado para fabricar cuerdas de instrumentos musicales. En fin, como dice el refrán, donde hay pelo, hay alegría.