
Nombre de la diosa griega de la Tierra, también conocida como Gea, esposa de Urano (el cielo) y madre de los titanes. Se aplica a la hipótesis de que la Tierra podría ser un cuerpo vivo, del que los animales y las plantas seríamos parásitos o simbiontes. Esta teoría, propuesta por el biólogo británico James Lovelock en 1969, ha sido adoptada posteriormente por grupos cercanos a los movimientos místicos y parapsicológicos que tanto han proliferado en nuestros días. Asimismo ha sido objeto de interés por algunos escritores de ciencia-ficción tales como Isaac Asimov que lo introdujo en sus nuevas novelas del ciclo de la Fundación.