Un programa conejo es aquel cuya principal función, como si de un conejo se tratase, es la de reproducirse infinitamente, copiándose a sí mismo consumiendo los recursos del sistema informático atacado, para así agotar la capacidad del procesador o de la memoria impidiendo que el sistema siga en activo, bloqueándolo. Los conejos son programas autónomos e independientes que, a diferencia de los virus, no necesitan que un programa anfitrión los lleve dentro. Se cree que sus orígenes se encuentran en los tiempos de los grandes ordenadores, cuando unos programas tenían asignado más tiempo de proceso que otros. Alguien tuvo la idea de que si varias copias de su programa se ejecutaban simultáneamente, tendría más tiempo de proceso, y lo mejor que se le ocurrió fue duplicarlo en el ordenador. Como cada copia se duplicaba a sí misma, la progresión del programa era imparable; 4, 8, 16, 32, 64... copias duplicándose a su vez, reproduciéndose exponencialmente. Por primera vez se había creado un programa que podía ocasionar enormes catástrofes, colapsando las grandes redes informáticas.