Y luchaban el dragón y sus ángeles, pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo.
Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua que se llama Diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero. Fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.
Entonces se oyó una gran voz en el cielo, que decía:
¡Árbitro, vendido, no era fuera de juego!

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