Técnica mediante la cual es posible obtener las fotografías tridimensionales conocidas con el nombre de hologramas. Básicamente se obtiene utilizando un haz de luz coherente y monocromático, generalmente un láser, al cual se le divide en dos haces mediante un sistema óptico adecuado. Con uno de ellos se ilumina el objeto, haciendo coincidir ambos (el directo y el difractado por el objeto) en una placa fotográfica, en la cual ambos generan unas complejas figuras de interferencia. Posteriormente, al iluminar la placa con un haz similar al primero, ésta se comporta como una red de difracción, reproduciendo una imagen tridimensional del objeto en cuestión.