
Los dos autores más famosos de la ciencia-ficción popular literaria española son, sin ningún género de dudas, Pascual Enguídanos Usach y Ángel Torres Quesada, creadores de La Saga de los Aznar y El Orden Estelar, dos fabulosas series que encandilaron a miles de lectores, convirtiéndose en obras de culto para casi todos los lectores de ciencia-ficción. Sin embargo, el escritor más prolífico de la ciencia-ficción española fue Luis García Lecha, uno de los autores más representativos de lo que podríamos llamar La Edad de Oro de la Literatura Popular Española.
Comparada con la de sus colegas gaditano y valenciano, la ciencia-ficción de Lecha es bastante sosegada. Al novelista riojano no parecían atraerle las sagas familiares ni las epopeyas galácticas al estilo Star Wars. En general, los protagonistas de sus novelas del espacio suelen ser hombres normales y corrientes, a los que las circunstancias empujan a vivir aventuras extraordinarias. En realidad, todos los héroes de todas las obras de Lecha, de cualquier género, están cortados por este mismo patrón. Y quizá el hecho de que sus protagonistas sean hombres comunes influyó en el gran éxito que cosecharon sus obras. Las andanzas de los predestinados Aznar y de los heroicos oficiales de El Orden Estelar eran emocionantes. Pero es muy posible que, a pesar de la innegable popularidad de estas series, los españolitos de a pie se sintieran más identificados con los protagonistas de Lecha, gente del pueblo que ni formaba parte de una dinastía marcada por la historia, ni militaba en una organización estelar dedicada a deshacer entuertos de un extremo a otro de la galaxia. Lecha parecía huir de los típicos y tópicos héroes de s pace opera, aunque en algunas novelas suyas muy señaladas aparezca algún personaje así. Sus obras de ciencia-ficción son más bien, como muy acertadamente me comentó Carlos Quintana Francia recientemente, intrigas policiales o de espionaje ambientadas en un marco futurista.