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Como hacer una serie de éxito
por Jesus Martin

Tiempo estimado de lectura: 4 min 13 seg

Si usted es un futuro productor de TV, y quiere hacer una serie que tenga éxito y reclute legiones de fans por todo el mundo, usted debe de seguir unos pasos determinados para ello...

Lo primero, su serie debería de ser de ciencia-ficción, o al menos con temas fantásticos. Esas son las que despiertan mayor interés hoy en día. Debe usted planificar que su serie tenga cuatro o cinco temporadas. Si planifica que son cuatro, luego al final puede decir que serán cinco. Y si la ha planificado como cinco temporadas, después puede decir que igual son cuatro. Eso crea mucha expectación. Una vez sabido que serán 4-5 temporadas, deberá usted tener en cuenta que se tiene que montar una historia arco. Arrégleselas como mejor le convenga, pero tiene que haber una historia que se continúe capítulo tras capítulo, aunque haya capítulos donde no se haga una sola referencia a esa historia arco. El caso es que exista. No se le ocurra por nada del mundo prescindir de la historia arco, ni piense por un momento contar historias autoconclusivas y una vez acabado el capítulo todo queda como si nada hubiera pasado, porque sin historia arco, no hay serie en los noventa que aguante. Esta historia arco debe de ser lo más oscura y ominosa posible. No olvide una palabra clave para el buen éxito de su serie: CONSPIRACIÓN. Esa historia arco debe de ocultar una GRAN y ENORME cons-pi-ra-ci-ón. Eso vuelve locos a los fans.

Una conspiración como dios manda debe de estar orquestada por el gobierno. A la gente le gusta mucho que el gobierno este metido en conspiraciones. También valen oscuras tramas alienígenas para conquistar la galaxia. Sus protagonistas, además, deben también estar metidos en el gobierno, ya sea como policías, agentes, soldados... Eso hace que el morbo sea todavía mayor, ver como diferentes partes del gobierno se enfrentan entre si.

Sus protagonistas deben tener puntos oscuros en su pasado. Cosas que ni ellos mismos saben muy bien de que van. Acompañe además a los buenos de su serie con una buen plantel de secundarios, que pueden aparecer en cada capítulo o con mucha regularidad. Estos secundarios deben ser tan atractivos para el público por si solos que alguien sea capaz de fundar un club de fans sobre su persona. Estos secundarios no tiene porque ser todos de los buenos. Los puede haber malos, o indefinidos, o incluso alguno que sea de los malos, pero sea bueno. O que parezca malo pero luego no lo es. O que primero fuera bueno y luego se vuelva malo. Un buen plantel de personajes sospechosos es ideal. Esto hará que los telespectadores se vuelvan paranoicos y crean ver cosas raras hasta donde no las hay. Pero así el nivel de adicción será tan grande que el telespectador que caiga en sus redes le será muy difícil de dejarlo hasta el final. Siempre habrá una parte de telespectadores que no puedan seguir la serie, alegando que todo es tan complicado y hay tantos detalles que sus limitados cerebros no pueden seguirlo. Olvidesé de ellos. Son vestigios de épocas pasadas condenados a la extinción. Irrelevantes, irrelevantes...

De vez en cuando, es recomendable que mate a alguno de estos secundarios, para que la gente sufra de intranquilidad. Así, cuando cuente alguna historia especialmente tremenda donde sus personajes se quedan en una situación casi sin salida, el espectador no se irá a dormir tan tranquilo, esperando que al próximo capítulo de alguna forma conseguirán escabullirse del peligro y todos felices, porque sabrá que realmente existe la posibilidad de que alguno de ellos la palme. Eso además hace que sus actores no las tengan todas consigo, y no empiecen a dar guerra y pedir más dinero o más dialogo. Así saben que si piden mucho usted los puede eliminar fácilmente.

Niños: Puede sacar alguno de vez en cuando, pero no se pase o la gente se reirá de usted y su serie. Además, si los niños ven que hay niños en su serie, ¡no la verán!

Los malvados: Sin malos no hay nada que hacer. Tiene que haber un adversario de altura que ponga en dificultades al héroe. Y además no puede ser un malo cualquiera. Su malo debe de resultar, en cierta manera, simpático para el espectador. No simpático de agradar, sino que, cada vez que aparezca en pantalla, el telespectador brinque de alegría porque sabe que con la aparición del malo las cosas se van a poner interesantes. Muy importante: Su malo debe de tener algún tipo de relación con su héroe. Invéntese lo que sea, pero por todos los demonios, que tenga alguna relación. Algún pasado común, alguna relación que el malo tuvo con familiares del héroe antes, etc. Una opción que funciona muy bien es desvelar, ya avanzada la historia, que el malo resulta ser el padre del héroe, o en su defecto que se sugiere que pueda ser su padre. Así, el ida en que usted suelte alguna frase del tipo: Luke, yo soy tu padre, o Mulder, yo soy tu padre, el personal se queda alucinado y momentáneamente fuera de combate. No mate a su malo, al menos hasta el capítulo final. Incluso puede hacer que todo acabe en empate. Si no sabe como hacer que el malo no muera pero que tampoco gane, mándelo a otra dimensión o algo parecido.

Otra manera es que su malo al final resulte que no era malo. Incluso que salve el cuello a su héroe gracias a su intervención.

Los efectos especiales ya no son problema para su serie. Cualquier grupito de chalados con una par de ordenadores le hará los efectos que usted pida, y por un buen precio.

Internet: O sea, hoy en ida una serie que no tenga un buen número de Webs en Internet no es nadie. Es muy importante que su serie cuente con el mayor número posible de Webs en la red. Es bueno que usted se busque la vida y la compañía que le produce haga una página Web oficial de su serie. Del resto de Webs a crear, usted ya no se preocupe, porque lo bueno es que habrá cientos... que digo cientos... ¡miles! de usuarios que se liaran a crear Webs sobre su serie, y ¡sin cobrar un duro por el esfuerzo! Publicidad completamente gratis. Incluso si es usted un completo borde pesetero que sólo busca dólares para el bolsillo y lo de la serie le importa un bledo, un ida puede empezar a exigir que le paguen por esas Webs, o crear una de pago para que sus incautos seguidores suelten la pasta. Protestaran, pero es igual. ¡Que se fastidien!

Como productor de éxito de los noventa, usted debe de mantener una serie de costumbres y comportamientos: Debe de visitar con frecuencia Internet, bien con alguna dirección suya donde los fans le puedan mandar mensajes, o bien metiéndose directamente en chats. Claro que si hace esto acabará de mensajes hasta el cuello, por no decir que igual algún fan de series rivales le mete un virus con nocturnidad y alevosía. Tome precauciones... Lo que puede hacer es frecuentar esos ambientes una temporada, y con eso ya le queda la fama de ser visitante asiduo de la Red. Luego con decir que tiene taaaanto trabajo que ya no puede pasarse, queda como un señor. Visite convenciones siempre que pueda. No se esconda en su despacho, porque entonces le acusaran de querer ocultar algo.

Manifieste siempre lo mucho que le gusta la ciencia-ficción y la tira de libros que ha leído sobre el género. Diga lo mucho que disfrutaba de pequeño con las aventuras de FLASH GORDON, o EL SEÑOR DE LOS ANILLOS. Meta referencias en su historia sobre alguno de esos libros, o si usted es todavía más erudito, introduzca referencias históricas. Puede mezclar todo esto y meter en una misma historia un compendio de cuentos de hadas, tabernas del Oeste galácticas, parafernalia fascista, unos toques de brujería y algo de capa y espada, adornado todo con alta tecnología, alguna similitud con el Imperio Romano y tendrá también un gran éxito. Aunque esta combinación es mejor hacerla en los cines. Ah. Y por trilogías.

Finalmente, deberá pasar por todas las compañías a ver si alguna le acepta la idea y se digna a realizar al menos un capítulo piloto. No desespere. Algunos tuvieron que hacer dos capítulos pilotos para que por fin le aceptaran la idea. Pero ándese con cuidado, porque igual visita alguna compañía que no sólo le rechaza la idea, sino que luego encima se la copian por toda la cara. Y procure siempre que el control de todo este bajo su férrea mano. No permita perder el control legal porque entonces su serie se irá al garete. Y cuando llegue a una edad avanzada, a partir de los 60 años, haga testamento o lo que sea, nombre un heredero para que siga su obra, que igual su serie se la coge el primer idiota que pasaba por allí y hace una autentica carnicería, o peor todavía: La convierte en una franquicia...

© Jesús Martín,
(1.518 palabras) Créditos
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