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MICROSIERVOS
MICROSIERVOS Douglas Coupland
Título original: Microserfs
Año de publicación: 1995
Editorial: Ediciones B
Colección: Vib nº 223/3
Traducción: Gabriel López Guix y Carmen Francí Venotosa
Edición: Julio de 1998
Páginas: 541
ISBN: 978-84-406-8269-7 
Precio: 5,90 EUR

Tiempo estimado de lectura: 2 min 05 seg

Francisco José Súñer Iglesias

Mis más que conocidas fijaciones sobre la ciencia-ficción se resumen en cuatro puntos bien definidos; que el ciberpunk es pura basura, que las novedades se editan como si ese fuera el único libro que se va a leer el aficionado en todo el año, que la ciencia-ficción moderna está viciada con costumbres bestselleras, y que hoy por hoy es absurdo leer ciencia-ficción... ¡cuando estamos viviendo eso que nos describen!

Vale, esto último es algo exagerado, pero no hay más que mirar un poco a nuestro alrededor para darse cuenta que mucho del futuro que nos adelantó tal o cual autor rebosa candidez, la economía, la política, la tecnología y las relaciones sociales y personales no hacen más que dejar anticuadas las que hace años parecían grandes ideas de anticipación.

Orwell y Huxley intentaron adelantar el futuro como una visión de lo que se estaba convirtiendo su presente, más que como un intento de adelantar lo que sería ese futuro. Más recientemente George Turner ha efectuado otro tanto, aún reconociendo que lo predicho no dejaba de ser pura entelequia. Huxley se aproximó más que Orwell, y Turner lo fió demasiado largo como para hacer nada más que disfrutar con su obra. En realidad todos ellos acertaron en mayor o menor medida; la época que nos ha tocado vivir es pura ciencia-ficción... ciencia-realidad.

Por eso este libro de Coupland me ha chocado tanto. Hace sólo quince, veinte años hubiera sido ciencia-ficción, hoy por hoy es otra crónica de nuestra época. No le supongo a Coupland las mismas dotes intelectuales de Orwell, Huxley o Turner. Es un simple periodista que se limita a observar lo que tiene a su alrededor, inventarse nombres para lo que no lo tiene (y que quizá ni debiera tener, suya es la denominación Generación X) y a escribir libros mediocres que le dan muy buenos dividendos.

En MICROSIERVOS Coupland describe con ironía el micromundo de los programadores y sus neuras, sus preocupaciones y su navegar sin rumbo por la vida. Estos programadores viven obsesionados por tres cuestiones fundamentales, sus ordenadores, su trabajo y por el lugar que ocupan en el mundo. En su tiempo fueron adolescentes brillantes de sólidos conocimientos informáticos, contratados cuando apenas han dejado la pubertad por las grandes corporaciones (Microsoft, Apple) para exprimirlos antes de que llegar a la treintena. En ese momento los personajes de Coupland, tras descubrir que son unos viejos rodeados por jovencitos de una agresividad enfermiza, se dan cuenta de que existen, que son una personalidad individualizada, y que todo su trabajo hasta el momento ha sido tan vacío como poco gratificante.

En la crisis de los treinta, el reconocer que la verdad está ahí fuera, y que el ambiente idílico que se les ha mostrado dentro de la Empresa es tan falso como insano. Surgen entonces las dudas, y cualquier oportunidad de salir del ambiente asfixiante, a lo MUNDO FELIZ que las grandes corporaciones crean en sus centros de trabajo (eufemísticamente; campus) es aprovechada casi sin dudar.

Pero la huida no es para alejarse de la tecnología, todo lo contrario, los microsiervos se liberan de las cadenas de sus amos para encadenarse a si mismos. No es la informática lo que les preocupa, todo lo contrario, es la alienación a la que se han visto sometidos la que les lleva a buscar por otros caminos vitales la realización personal... sin alejarse más de medio metro de un teclado.

En el caso de los protagonistas de MICROSIERVOS el destino es el proyecto Oop! un videojuego de concepción revolucionaria en el que trabajarán a destajo, pero que a la vez les permitirá madurar como personas y plantearse la vida desde una perspectiva más lúcida, lejos del espíritu corporativo y más cercano a lo que es el mundo real.

Esta novela no es ciencia-ficción, ni por asomo, es una vulgar crónica de nuestros días, divertida, no muy bien escrita, pero recomendable para iniciar a los informáticos en el vicio de la lectura. Lo inquietante es que esta novela hubiera sido ciencia-ficción hace veinte años, y no tanto por la tecnología en la que se asientan sus páginas como por la descripción que hace del hundimiento de una forma de entender la sociedad.

La inquietud surge cuando al acabar la lectura, y teniendo en cuenta la velocidad a la que se destruye el entramado social, y la falta de una alternativa sólida al mismo, el lector se plantea que es lo que nos espera dentro de otros veinte años.

© Francisco José Súñer Iglesias, (753 palabras) Créditos

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© 1998 Francisco José Súñer Iglesias
Publicado originalmente el 20 de diciembre de 1998 en www.ciencia-ficcion.com

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