Conrad Nomikós, antiguo jefe de la resistencia contra los invasores extraterrestres y actual Comisario de Artes, Monumentos y Archivos del Planeta Tierra, recibe el insólito encargo de ser guía y a la vez guardaespaldas del embajador Cort Mysthigo. El vegano tiene la intención de visitar los Antiguos Lugares, con el fin de documentarse para escribir un libro de viajes. El problema surge cuando se comprueba que la mayoría de los lugares que el embajador quiere recorrer están demasiado calientes después de los Tres Días. Por ellos pululan toda clase de humanos, semihumanos y mutantes producto de la intensa radioactividad residual, que constituyen un peligro seguro para todo aquel que penetre en sus dominios.
A ellos dos se sumarán Don Dos Santos, secretario de la Radpol, que odia a los extraterrestres, su amante Diane, que odia a todo el mundo por igual y Hasán, asesino profesional, que no odia a nadie, pero es capaz de matar a cualquiera por un razonable estipendio. El matrimonio formado por George y Ellen Emmet, también altos cargos de la Administración terrestre, completan el heterogéneo grupo, junto con Phil Graber, considerado el mejor poeta humano de todos los tiempos y enemigo personal de tres generaciones de veganos.
El verdadero motivo del viaje intriga a Conrad, así como la persona objetivo de Hasán, el cual, evidentemente, no acompaña la expedición por motivos turísticos. Esta preocupación de Conrad Nomikós se verá confirmada durante el desarrollo del viaje.
Roger Zelazny escribió esta novela más bien corta basándose en un relato más bien largo que tituló ...Y LLÁMAME CONRAD, con lo cual, la narración es prácticamente idéntica en ambos casos.
En ambas narraciones desarrolla sus temas favoritos, como son la inmortalidad, la mitología clásica y los viajes épicos. Porque TÚ, EL INMORTAL es, simple y llanamente, el relato de un viaje iniciático al más puro estilo grecolatino; con sus catástrofes naturales, sus monstruos imposibles y sus situaciones comprometidas, de las que los Argonautas son salvados por un Conrad Jasón Nomikós, que es inmune al paso del tiempo y a las amenazas de sus enemigos.
Evidentemente, y a tenor de lo expuesto anteriormente, no estamos ante una obra de ciencia-ficción clásica, con sus naves estelares, sus viajes en el tiempo o el transporte a velocidades superiores a la de la luz. De hecho, la fina línea que separa a la fantasía de la ciencia-ficción se difumina especialmente en este libro. Quizá a alguien le importe; a mí personalmente, no. Me basta con considerar que Zelazny consigue un relato AMENO. Y lo escribo con mayúsculas porque considero que cualquier obra impresa, sea del género que sea, debe cumplir esta premisa inicial, cosa que muchos autores olvidan con cierta frecuencia.
Habrá quien opine que el relato es demasiado lineal, que la idea básica del argumento está muy manida o que, por su extensión, ni es relato ni es novela. Lo que nadie podrá negar es que está escrita con oficio, que retrata a los personajes con un detalle inusual con pocas palabras y que es una de esas novelas que se leen de un tirón, porque atrapan desde la primera página y no se dejan hasta llegar al final. Y esto último, como comenté antes, es algo de lo que pueden presumir muy pocas creaciones.
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Locución de Francisco José Súñer Iglesias
Producido por Francisco José Súñer Iglesias para el Sitio de Ciencia-Ficción
Fondo musical: Steam Train de John Williams
bajo licencia Magnatune (Podcast)
Gustavo Piñeiro en Asimovia Guinea (rv. 27-11-23)
Manuel Rodríguez Yagüe en Un universo de Ciencia-Ficción (rv. 27-11-23)
Julián Díez en CCyberdark (rv. 27-11-23)
EL AMOR ES UN NÚMERO IMAGINARIO
DEUS IRAE
HOY ESCOGEMOS ROSTROS
LA ISLA DE LOS MUERTOS
MI NOMBRE ES LEGIÓN
EL SEÑOR DE LA LUZ
TU, EL INMORTAL