
De nuevo volvió Enguídanos a reescribir totalmente esta novela igual que hiciera en CEREBROS ELECTRÓNICOS. Sin embargo, la temática de las dos versiones es totalmente similar, habiéndose limitado su autor a actualizar la prosa (todavía no demasiado fluida) y a retocar las descripciones científicas que abundan en la novela en un loable esfuerzo por perfeccionarla. Pero vayamos a la descripción de la novela.
Tras más de cuarenta años vagando por el cosmos (para Enguídanos los viajes interestelares son posibles, aunque difíciles debido a la gran duración de los mismos) el Rayo arriba a un sistema solar que cuenta con planetas aptos para la vida. Aterrizan en uno de ellos bautizado con el nombre de Redención, un astro que a pesar de sus gigantescas dimensiones presenta una atracción gravitatoria similar a la terrestre debido a su extremadamente baja densidad. Carentes casi por completo de materiales energéticos, los protagonistas comienzan a fundar una colonia y a explorar las regiones próximas.
Poco después descubrirán la existencia de una humanidad sumida en un estadio cultural muy atrasado, al tiempo que sufren los ataques de unos extraños seres cuyo metabolismo, según pueden descubrir, está basado en el silicio en lugar de en el carbono.

A mi entender, los episodios que se inician en esta novela son de los menos afortunados de toda la Saga. En primer lugar, la idea de los terrestres como colonizadores y civilizadores al estilo de los exploradores del siglo XVI llega a cansar de tantas veces como recurre Enguídanos a ella. Por si fuera poco la creación de unos seres de silicio, tema éste bastante recurrente en la ciencia-ficción aunque siempre sin el menor rigor científico, choca frontalmente con dos dificultades insuperables: Para estos seres de silicio el oxígeno sería necesariamente un veneno mortal (se les formarían cristales de cuarzo en el cuerpo), y por otro lado extraña profundamente la apetencia que muestran estos seres en la novela de Enguídanos por la carne humana... A pesar de que lo normal es que les sentara exactamente igual de mal que a nosotros un plato de piedras.
Pero retornemos al argumento. Tras unos episodios bastante dramáticos, los terrestres se alían con los nativos redentores al tiempo que descubren la manera de mantener a raya a los peligrosos seres de silicio. Como curiosidad cabe resaltar también el hecho de que en la primera versión el ya anciano Miguel Ángel Aznar fallece víctima del ataque de un ser de silicio, lo que no ocurre en la versión revisada. Sin embargo, en ninguno de los dos casos se produce una pérdida de liderazgo puesto que el protagonista principal no es ya el viejo caudillo sino su hijo Fidel Aznar, iniciándose así una dinastía que será el eje central de toda la Saga.
