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(Artifex, 17/10/2008) Ya está en la red el número 2 de Artifex Cuarta Época (http://www.revistaartifex.com/) 187 páginas (casi como un número de la publicación en papel) en las que podéis encontrar una novela corta de Víctor Conde y cuatro relatos de Alfredo Álamo, Eduardo Vaquerizo, Ekaitz Ortega y Juan Antonio Fernández Madrigal, respectivamente.
Si queréis enviar vuestras colaboraciones, apuntad esta dirección de correo electrónico: colaborar@revistaartifex.com. Sólo hay que indicar en el asunto del correo Obra: seguido del título de la obra. El relato o la novela corta se adjuntará, preferiblemente, como un fichero en formato de texto enriquecido (RTF) No se permitirán envíos simultáneos, sólo una obra por envío.
En cuanto a los contenidos de este número, son los siguientes:
EL ÓXIDO DEL SOMBRERERO, de Alfredo Álamo.
Como buen valenciano aficionado al género fantástico (resulta difícil no establecer analogías con otro paisano ilustre, Juan Miguel Aguilera) Alfredo Álamo (1976) es una de las estrellas del panorama actual y se dedica a coleccionar premios Ignotus en disciplinas tan dispares como tebeo (La legión del espacio) obra poética y relato (el último, por La apertura Slagar) El porqué de su talento y su versatilidad se encuentra en relatos como EL ÓXIDO DEL SOMBRERO, una incursión surrealista y alucinada en el mundo de ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS, de Lewis Carroll, además de un relato casi ultracorto, modélico por la firmeza con la que está narrado y por el derroche de ideas del que hace gala el autor.
ALBEDO CERO, de Víctor Conde.
En esta novela corta, el tinerfeño Víctor Conde (1973) se muestra con toda la fuerza poética, lingüística y visual que constituyen su marca de fábrica, junto con un ritmo endiablado y una capacidad para escribir diálogos que se sitúa claramente por encima de la media de la literatura fantástica española. A ello no son ajenas sus incursiones en el guión cinematográfico, pero, además, la progresión de Víctor en los últimos años ha sido innegable. Desde que en 2002 publicara una de las novelas más arriesgadas y excesivas de la ciencia-ficción española, EL TERCER NOMBRE DEL EMPERADOR, la trayectoria de Víctor Conde ha dado un salto de nivel que se refleja en novelas como MYSTES (Minotauro, 2005) EL DRAGÓN ESTELAR (Timun Mas, 2007) y EL TEATRO SECRETO (Parnaso, 2008) Con ALBEDO CERO nos demuestra que continúa en racha y que es uno de los mejores cultivadores de space opera que pueden aparecer en las páginas de Artifex Cuarta Época.
BAJO ESTRELLAS FEROCES, de Eduardo Vaquerizo.
A estas alturas de partido resulta casi contraproducente (y, generalmente, poco creíble) afirmar que algún autor está innovando la fantasía española. El asunto es que, en lo relativo al madrileño Eduardo Vaquerizo (1967) es rigurosamente cierto: DANZA DE TINIEBLAS (Minotauro) es una de las pocas novelas españolas que realmente han innovado el género, con su mezcla de ucronía, novela histórica y steam-punk. La historia alternativa que planteaba Vaquerizo fue finalista del premio Minotauro y arrasó en los premios Xatafi-Cyberdark e Ignotus, lo que vino a confirmarla como la novela española de referencia de 2005. Pero el universo de DANZA DE TINIEBLAS era demasiado rico y complejo como para limitarlo a una novela, y Vaquerizo lo amplió en NEGRAS ÁGUILAS (premio Ignotus) y, ahora, en BAJO ESTRELLAS FEROCES. En este relato, el autor no sólo nos da muestras del amor que profesa por su universo referencial más acertado, sino que también resulta perceptible la devoción que siente por la aviación; no en vano, Eduardo es ingeniero técnico aeronáutico.
LA MAR Y LOS MUERTOS, de Ekaitz Ortega.
Hay autores cuya juventud y trayectoria relativamente poco prolífica en el terreno de la literatura fantástica española los hacen pasar inadvertidos; lo cual, en casos como el de Ekaitz Ortega (Bilbao, 1983) es una verdadera injusticia. Ekaitz ha publicado relatos y críticas en Artifex, La Plaga, Solaris, Valis, Visiones 2004 y Visiones 2005, y, sin embargo, apenas se repara en su obra. Tal vez no resulte ajeno a ello el hecho de que Ekaitz practica un tipo de literatura fantástica ajeno a los convencionalismos del género (no hace mucho tiempo estuvo a punto de lanzar una publicación especializada en literatura slipstream, esa zona limítrofe entre realismo y género fantástico) dotada de un enfoque cotidiano en las formas y, no obstante, muy transgresor en el fondo, en el que caben tanto las referencias a Michel Houllebecq como una visión muy particular de las relaciones entre vivos y muertos.
EBENEZER, de Juan Antonio Fernández Madrigal.
Cordobés pero afincado en Málaga, Juan Antonio Fernández Madrigal (1970) se ha convertido en un autor inclasificable. Su universo referencial, que tiene como puntos culminantes la novela UMMA (Parnaso) y la recopilación MAGNÍFICA VÍBORA DE LAS FORMAS (Grupo AJEC) nos suele trasladar a futuros remotos, inteligencias extrañas y desarrollos casi irreconocibles de lo que será la humanidad. Sin embargo, Juan Antonio lo cambia todo en EBENEZER para que todo siga igual. Pese a que su relato se ubica fuera de sus ciclos narrativos principales, y a pesar de la apariencia de cotidianidad y de homenaje literario al CUENTO DE NAVIDAD de Charles Dickens, el autor condensa aquí todas sus preocupaciones y gran parte de la imaginería personal expuesta en las dos obras ya citadas, y sabe compaginarla con un lúcido homenaje al relato fantástico decimonónico. Un cuento ideal para leer ahora que se acercan las fiestas navideñas.